Qué herramienta podría aumentar el consenso en el Mercosur
De FUNDACION ICBC | Biblioteca Virtual
Félix Peña, La Nación, Suplemento de Comercio Exterior, 2 de septiembre de 2021
El Mercosur está atravesando un momento delicado. Incluso se suele poner en duda su subsistencia. Los problemas que enfrenta son, en buena medida, efecto de cambios operados desde su creación, tanto en la realidad global como en la regional. Así como de dificultades económicas, sociales y políticas que suelen afectar las prioridades de sus países miembros. Pero también pueden ser la resultante de métodos de trabajo que se emplean en el accionar conjunto de los socios y, en particular, en la adopción de decisiones formales que requieren consenso.
En esta nota nos referiremos a un plano en el que podría introducirse alguna mejora sustancial en el funcionamiento del Mercosur. No es por cierto el único. Pero es uno en el que se suelen observar insuficiencias en la eficacia del trabajo compartido que desarrollan los socios. Sería una mejora que no requeriría por lo demás, reformas del Tratado de Asunción ni del Protocolo de Ouro Preto. Es el plano de la concertación de intereses nacionales, necesario para lograr la adopción por consenso de decisiones conjuntas de los miembros del Mercosur, que efectivamente penetren en la realidad y que puedan ser eficaces.
Concretamente lo que se propone sería encarar una iniciativa orientada a fortalecer en los hechos la función de la denominada Secretaría Administrativa, especialmente en relación al proceso de adopción de decisiones conjuntas que requieren el consenso de los socios. Esto es, fortalecer su capacidad actual para facilitar con sus aportes e iniciativas, la compleja tarea de concertar los intereses y prioridades de cada uno de los socios en la adopción de decisiones del Consejo del Mercosur, que por el artículo 37 del Protocolo de Ouro Preto, requieren consenso.
Tal fortalecimiento no supone abrir un debate sobre eventuales funciones supranacionales de la Secretaria del Mercosur. O sea funciones que implicaran que quienes las cumplen están por encima de los respectivos Estados nacionales. Por el contrario, se trataría de otorgar a la Secretaría la capacidad técnica necesaria para facilitar la compleja tarea de concertar posiciones entre los países miembros, en particular respecto a las decisiones que deben ser adoptadas por consenso. Ayudar a construir tales consensos sería entonces un papel fundamental de una Secretaría del Mercosur fortalecida.
Ello implicaría un papel activo de la Secretaría en el armado de redes de instituciones académicas y de reflexión técnica, en las que participen especialistas de instituciones de “pensamiento orientado a la acción” de los cuatro países miembros, y también de organismos internacionales que operan en la región, tales como por ejemplo, la Cepal y el Intal.
En principio la actual Secretaría ya tiene una organización interna que le permitiría cumplir con una función como la señalada. Por ejemplo sus sectores de asesoría técnica y de normativa, documentación y divulgación, tienen experiencias y competencias que, con el suficiente apoyo político y presupuestario, harían de la Secretaría un más valioso protagonista para los esfuerzos de negociación continua, tal como se necesita para concertar intereses nacionales en un proceso como el del Mercosur.
Fortalecer su papel en el aporte de experiencias, información e inteligencia que requiere concertar la diversidad de intereses y visiones de sus países miembros, y así poder lograr el necesario consenso para sus decisiones, es algo valioso que puede contribuir a acrecentar el papel del Mercosur en el desarrollo productivo y en la estrategia de inserción internacional de sus países miembros.