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El libre comercio como potencial víctima

De FUNDACION ICBC | Biblioteca Virtual

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La Nación, Suplemento de Comercio Exterior, 6 de octubre de 2009

Por Marcelo Santoro

El consumidor estadounidense se encuentra hoy endeudado y con una situación crítica en materia de desempleo, con cifras que llegan a niveles récord en los últimos 15 años. El incremento de desocupación se repite también en otros países (España, 17,4%; Letonia, 16,1%; Lituania, 15,5%; Rusia, 9,5% en el primer trimestre de 2009, y Suecia y Canadá, 8%).

Para estimular la recuperación internacional, varios gobiernos, incluyendo el americano (con el auxilio a bancos, aseguradoras y empresas con distress financiero), implementaron diferentes planes para incentivar la alicaída performance de sus economías. Estos programas fueron estipulados por gobiernos de los países del G-7 hasta países emergentes como China, Brasil, Chile, Colombia, México y la propia Argentina, que establecieron sus propios planes de reactivación. Cada uno con sus particularidades y sectores económicos a los cuales incentivar y proteger, y donde China sigue siendo noticia relevante por varios aspectos. En octubre de 2008, China puso en marcha una reforma agraria trascendental por la cual los campesinos pueden vender, arrendar o hipotecar el derecho de uso de la tierra, si bien el suelo seguirá siendo propiedad del Estado o de la colectividad rural (el 56% de la población china vive en el campo).

Así, el gobierno intenta reactivar la economía rural e incrementar el consumo interno. En noviembre, China aprobó un paquete de estímulo de 4 billones de yuanes, recortó las tasas de interés varias veces desde septiembre y aprobó planes de apoyo a industrias clave. También permitió a las compañías financieras nacionales y extranjeras que no toman depósitos otorgar préstamos a los ciudadanos para estimular el consumo interno. La caída del 23% que tuvo China en sus exportaciones de abril de 2009 respecto del mismo mes del año anterior espera ser mitigada con incentivos fiscales a las exportaciones -como los otorgados al aluminio y otros productos-, acuerdos de libre comercio (firmados con Perú en abril, segunda ronda de negociaciones con Costa Rica), y con la colaboración en materia monetaria con otros países asiáticos y con América latina ( swap con la Argentina, propuesta de uso de monedas locales en comercio con Brasil). Además, el 12 de enero de 2009 China ingresó formalmente al Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Contribuyó con US$ 350 millones al financiamiento de varios programas que fortalecen sus lazos con América latina dado el foco puesto por el BID en destinar fondos a préstamos para facilitar que los países miembros enfrenten la crisis (a fines de 2008, el BID aprobó un fondo de emergencia de US$ 6000 millones con este objetivo).

La necesaria creatividad

Es indudable que tantos rescates y aliento a volcar dinero de sus arcas públicas harán incrementar el gasto, y para no caer en déficits (algunos inevitables), varios países deberán recaudar más apelando a medidas creativas ya que en algunos casos se han disminuido las cargas fiscales de los asalariados para no empeorar la situación. Es así como este tsunami financiero impactó e impacta en la economía real, no sólo a nivel de individuos, sino también a nivel de empresas, lo que las motiva a revisar sus planes de inversión.

¿Cómo se ha traducido esta situación en el comercio internacional? De tres maneras distintas. La primera, mediante el aumento del proteccionismo. El intercambio mundial de bienes representa aproximadamente un 7% del producto bruto mundial. Economistas americanos y europeos coinciden en que luego de casi 27 años de constante expansión, 2009 marcará un freno al crecimiento de ese intercambio. En lo que no hay aún acuerdo es en la magnitud del frenazo. Algunos hablan de una caída del orden del 3%, pero si los países optan por volcarse hacia medidas proteccionistas, esa baja podría llegar hasta el 10 por ciento.

Y éste pareciera ser el caso. Con adopción de medidas restrictivas por parte de algunos países para proteger sus industrias, se está poniendo en peligro el libre comercio, uno de los pilares fundamentales de la globalización. Así como a comienzos de 2008 muchos gobiernos (sobre todo de países emergentes) echaron mano a medidas para restringir exportaciones de bienes (para no recalentar situaciones inflacionarias propias), hoy están aplicando medidas transitorias relacionadas con la restricción de importaciones para defender sus mercados y desalentar las importaciones ante el avance de la recesión. Entre las medidas más difundidas figuran la implementación de subsidios, el incremento de subvenciones, tarifas, cuotas aduaneras y restricciones sanitarias adoptadas a principios de 2009 por países como Estados Unidos, Rusia, India, China, Indonesia, Francia y Ecuador, que amenazaron con paralizar el intercambio y desencadenar una restricción comercial sin precedente. Algunos ejemplos son los siguientes:

- El aumento de gravámenes (hasta 35%) a la importación de autos y la suba de tarifas a productos agropecuarios importados desde Estados Unidos por parte de Rusia.

- La rebaja de los importes de cuotas de importación de acero y mineral de hierro y el incremento de aranceles sobre el aceite de soja por parte de la India.

- La restricción (mediante el uso de licencias especiales) al ingreso de importaciones para más de 550 productos por parte de Indonesia.

- El establecimiento por parte de Estados Unidos de la obligación de incorporar un sello de identificación del país de origen a la carne bovina que ingresa a su territorio.

- La presentación por parte de Francia de un fondo de inversión estratégica para proteger a las empresas francesas de adquisiciones por parte de grupos extranjeros.

La segunda forma de reacción a la crisis internacional por parte de algunos países ha sido apostar a la firma de tratados de libre comercio (otros los han postergado para tiempos mejores). Ejemplos de acuerdos recientemente firmados son el que sellaron Perú y China, y el que se encuentran negociando Perú con Corea del Sur, Chile con Malasia, y Chile con Vietnam.

La tercera forma de reacción ante la crisis ha sido aprovechar la coyuntura actual para abrir el comercio a determinados bienes de capital, de informática y maquinarias para aumentar la competitividad del país. Un ejemplo son las medidas tomadas por Brasil para rebajar los impuestos de importación del 14% al 2% hasta el 31 de diciembre de 2010 para 125 bienes de capital simples y tres sistemas integrados de maquinarias. Este régimen rige para la adquisición de bienes de capital, informática y telecomunicaciones en el exterior si no existe producción brasileña.

Qué pasará en el mundo en los próximos meses

¿Qué se espera en el comercio mundial en los próximos meses? En resumen, lo siguiente:

- Escasez y restricción de crédito; requisitos más estrictos en el otorgamiento de líneas.

- Incremento en los costos de confirmación de cartas de crédito.

- Aumento en las exigencias documentales para negociación de cartas de crédito.

- Tramitación de licencias especiales de importación.

- Renegociación de contratos con precios a la baja.

- Estiramiento de los plazos de pago.

- Exigencia de descuentos por pago contado.

Ante este panorama, las empresas exportadoras deberán reorientar sus búsquedas comerciales (si los mercados tradicionales bajan sus pedidos) hacia otros horizontes poco habituales, para lo cual la capacitación y actualización en comercio internacional pasa a ser un ítem fundamental a la hora de buscar nuevos socios comerciales.

Por la volatilidad del escenario internacional, es fundamental estar atentos a las medidas que puedan tomar los países, que podrían dificultar el ingreso de productos.

Esperemos que semejante situación de incertidumbre no se prolongue por más tiempo para no continuar minando los efectos positivos de la globalización y se pueda vislumbrar una rápida salida a la crisis.

Sin distinción de rubros

Muchos países latinoamericanos evalúan (o han aplicado ya) la introducción de trabas a la importación de algunos productos. Por ejemplo, Ecuador anunció un aumento generalizado de aranceles en varios sectores, el establecimiento de cuotas de importación, etc. Los aumentos de derechos de importación van, por caso, en algunos tipos de carne del 25% al 85%. Se afectaría asimismo el ingreso de productos de perfumería y cosmética, golosinas, juguetes, autopartes, bienes de consumo duradero, entre otros (recordemos que Ecuador es una economía dolarizada, con lo cual no puede "devaluar" su moneda). Bolivia elevó el arancel de importación al 35% para más de 300 ítems a través del decreto supremo 125/09. Se incluyen prendas de vestir, artículos de tapicería y mueblería, artículos de cama, colchones, almohadas. Esta alícuota no afecta las preferencias negociadas por Bolivia en acuerdos comerciales como el ACE (Acuerdo de Complementación Económica) N° 36 Mercosur-Bolivia.

Como apreciamos, las barreras al comercio van desde aranceles hasta trabas paraarancelarias. Frente a esta situación, la Organización Mundial de Comercio se comprometió a empezar a difundir los aumentos de aranceles y medidas similares de sus miembros que traben el comercio.


El autor es profesor de Comercio Internacional, Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Palermo.

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