Analizando el RCEP
De FUNDACION ICBC | Biblioteca Virtual
Revista Megatrade, mayo 2021
El 15 de noviembre pasado, fue firmado el mayor acuerdo de zona de libre comercio del mundo. El Regional Comprehensive Economic Partnership RCEP, que consta de 15 miembros, 10 del ASEAN (Malasia, Indonesia, Brunéi, Vietnam, Camboya, Laos, Myanmar, Singapur, Tailandia y Filipinas) y 5 del Acuerdo de Libre Comercio – Australia, China, Corea, Japón y Nueva Zelanda- consta de 20 capítulos de materia comercial y extracomercial que entrará en vigencia cuando la mayoría lo ratifique quizá a fines del 2022-.
El RCEP representa el 30% del PBI mundial y 28% del comercio mundial y a 2.2 mil millones de personas y deviene en un punto de inflexión en la integración del Asía Pacífico. Recordamos que un tiempo antes India se bajó del acuerdo. Para saber más sobre su impacto en las relaciones comerciales, en la geopolítica mundial, el papel de China y cómo puede reaccionar la región; la Fundación ICBC convocó las opiniones de Leonardo Stanley investigador del CEDES, especialista en inversiones extranjeras, arquitectura financiera internacional; recursos naturales y desarrollo económico y a Mariano Turzi, PhD en Estudios Internacionales y Master en Estudios Estratégicos de la Escuela de Estudios Internacionales Avanzados (SAIS), Johns Hopkins University y profesor en importantes universidades del país.
En su exposición Stanley señala que lo más destacable del RCEP es que hay una regla única de origen y que se apuesta por un regionalismo abierto; por ejemplo, el 40% del producto debe ser de la zona. Un punto clave es que por primera vez se comparten reglas comerciales con la conversión de múltiples reglas de origen un conjunto único y simplificado de normas, lo cual puede llevar a un mejor aprovechamiento de esta institución por parte de las pymes.
Agrega que en este acuerdo la ideología influye pero no resulta determinante para el desarrollo de las medidas en contra de los subsidios (CVD). Recuerda que los países asiáticos apostaron por el multilateralismo y vienen de un fuerte bilateralismo en los ́90; de hecho la mayoría tienen acuerdos bilaterales entre ellos, - el famoso spaghetti bowl- lo que se entiende como una base para el RCEP. De todos modos los acuerdos bilaterales firmados en su momento se centran en lo comercial (tarifas, barreras no tarifarias). En cuanto a creación de comercio, el IIEEP – Instituto de Estudios Europeo- destaca a China especialmente, además de Japón y Corea del Sur como principales beneficiados, aunque también se ve a los países del ASEAN, creando comercio. Pero también hay quienes ven al acuerdo beneficiando a países como Japón y Nueva Zelanda, y los del ASEAN como los principales afectados negativamente con un desvío del comercio.
Advierte Stanley que aun cuando el acuerdo elimina las tarifas y desarticula barreras no tarifarias, el comercio interregional ya se encuentra bastante liberado. El RCEP induce el crecimiento del comercio intraregional , fortaleciendo cadenas regionales de valor; a diferencia de hoy que son más globales. Además, agrega, el acuerdo acelera el desacople del Asia Pacífico en cuanto a su crecimiento frente a EE.UU. y occidente en general.
"El acuerdo tiene un esquema de liberalización secuencial; otorga flexibilidad con tiempos de adaptación y un tratamiento diferenciado en beneficio de los miembros menos desarrollados como Camboya, Laos, Myanmar y Vietnam. El objetivo es asegurar que las economías en estadios de desarrollo diferentes puedan acoplarse al acuerdo. El objetivo es sumar a otros. En general sucede que lo institucional viene detrás de un comercio que ya está en marcha, ya hay flujos de comercio y de inversión. Algo como el “modelo de vuelo de ganso”, comercio e inversión van delante de las instituciones en Asia”, dice Stanley.
En cuanto a inversiones y servicios, el RCEP los libera pero de forma muy cautelosa, por ejemplo, cada país decide qué servicio abre. En inversiones, el acuerdo otorga NT, MFN, compensación por expropiación, reglas para transferencias financieras, instala listas aunque permite agregar más, un esquema de resolución de disputas entre Estado y Estado, no reconoce derechos de pre establecimiento y el ISDS considera salvarguarda asociada a las regulaciones de bienestar público. En cuanto a servicios, incluye restricciones sobre la posibilidad de ofrecerlos trans frontera, al tiempo que fija criterios a seguir por quienes los quieren ofrecer. Hay requerimientos de presencia local y regulación de ingreso de personal, y condiciones que se negocian a nivel país. También hay requerimientos especiales para la provisión de servicios financieros. En materia de propiedad intelectual, primero Stanley destaca al ASEAN como un hub científico tecnológico, con altos niveles en cuanto a capacitación y educación que ensombrece a Occidente. Tanto cuantitativamente como cualitativamente, la región es líder en este tema, agrega. Un sistema nacional de innovación, importante cantidad de patentamientos, - China hoy registra la mitad de los patentamientos globales- con mayor transferencia de tecnología y más integración entre los países del RCEP. Hay un compromiso de los países miembros en ratificar los diversos acuerdos en materia de propiedad intelectual y suspender las provisiones promovidas por EE.UU. incluidas en el TPP y destinadas a expandir la protección de la misma. El RECEP choca con el TPP que se enfrenta de alguna manera al modelo de desarrollo del Asia emergente.
Advierte Stanley que si bien es un acuerdo con base regional, sin embargo el RCEP no incorpora provisiones en materia laboral ni ambiental ni se adentra en el tema de empresas públicas. El objetivo implícito es preservar los espacios de política económica, señala. Al hablar del impacto en América del Sur, dice que a diferencia del 2000, cuando era de 20%, hoy la participación es cada vez más irrelevante. Fina- liza: “La enseñanza que nos deja este acuerdo es que tenemos que empezar a tender puentes con una visión pragmática, desarrollando cadenas de valor regionales en un posición activa, pensar dinámicamente en cómo podemos estar dentro de 20/30 años y allí ir construyendo instituciones”.
Por su parte, para Turzi , al analizar las relaciones comerciales, hasta hace un tiempo, la geopolítica no tenía tanta relevancia, cosa que cambia ahora y en el futuro, donde hay una creciente competencia tanto comercial como geopolítica entre Estados.
“Estos acuerdos no se entienden sin una historia donde la OMC ha dado pocas respuestas”, dijo y agregó que hoy existe una multipolaridad en lo comercial, más allá del creciente rol de China como centro geoeconómico mundial. Añade que el RCEP se puede ver como un movimiento defensivo, de blindar la región, y en el caso de China como una herramienta más de protección a su desarrollo como ya lo es la Franja de la Ruta, que por ejemplo, busca abrirse en Europa. En el caso de la relación con EE.UU., dice Turzi que la llegada de Biden cambia el tono más que el fondo. “En la compe- tencia estratégica con China no está claro el eventual fortalecimiento del multilateralismo. La ecuación geopo- lítica sobre el RCEP es el debate entre EE.UU. o China, donde están las tres opciones: competencia, conflicto o confrontación y esto no es terreno fértil para el multilateralismo de la OMC, si en cambio para el multilateralismo más regional, o “minilateralismo”, explica. Baiden quiere estar en el mundo, por ejemplo, la posición de darle vacunas contra el Covid 19 a otros países y hace pocos días promover el waiver a la propiedad intelectual de la vacuna. Turzi señala que EE.UU. va a seguir con la generación de mega acuerdos con mucha fuerza, buscando contener a China, aunque habrá que ver si tratará de salir de la visión dura de Trump que ya viene desde el mismo Clinton. Para el analista, los grandes ganadores del RCEP son China, Japón y Corea del Sur. Agrega que desde el lente geopolítico el acuerdo redefine las relaciones de poder dentro de Asia. Destaca el punto de la transformación geoeconómica y el crecimiento de la clase media en el Asia emergente al que hay que estar atento con un cierto paralelo a lo que sucedió en Chile y Perú en materia de crecimiento económico que creó un sujeto político que cuestiona el propio modelo de desarrollo... Turzi plantea varias preguntas, en relación al impacto en la región; por ejemplo, cómo se redefine el regionalismo en América Latina y cómo estos acuerdos afecta como socios y como país, la relación con el Asia emergente y con los vecinos regionales, e incluso la forma de inserción internacional. “Todo esto impacta en nuestro modelo de desarrollo y nuestra política económica interna”, dice. Otro interrogante es si se toman estos acuerdos con una reacción de protección. Allí está el caso de India que no se involucró en el RCEP “porque corre el riesgo de no poder competir y ser inundado de productos si se abre a China”, explica. Agrega que esta y otras iniciativas van mostrando que los alineamientos que se toman son cada vez más repetitivos.“En materia de seguridad hay países que se alinean con EE.UU. pero en materia de prosperidad está cada vez más atados a China”, señala.
Agrega que hoy no hay movidas sin sus efectos. Taiwán por ejemplo, con su liderazgo en la producción de micro- conductores hoy es un peón más en el mapa geopolítico mundial. Hasta hay que estar atento a las palabras del historiador Niall Ferguson que dijo que Tik Tok era la venganza China por la guerra por el opio. “Todo movimiento que un país hace es a favor o en contra de alguien”, agrega Turzi. El analista señala que la región debe buscar en el corto plazo un crecimiento inclusivo y sustentable para el largo plazo. Un punto que marcó, por ejemplo, es que la protección a los inversores externos no es algo que asegura crecer como país o como región. “Tenemos que pensar en la integración económica y los procesos como el RCEP pueden servir para repensar la integración desde una visión incluyente, pragmática, así como el proceso de desarrollo de la Argentina y la región”, cerró.