¿Y si caen los precios?
De FUNDACION ICBC | Biblioteca Virtual
Por Florencia Carbone, La Nación, Suplemento de Comercio Exterior, 2 de agosto de 2011
En los primeros cinco meses del año, las exportaciones argentinas crecieron casi un 25 por ciento.
El dato a primera vista es ciertamente positivo, pero si se lo analiza cualitativamente aparecen algunas luces amarillas.
Un trabajo realizado por la consultora Desarrollo de Negocios Internacionales (DNI), que dirige Marcelo Elizondo, indica que el aumento está explicado en gran medida por una mejora en los precios.
Si se considera el factor "precios", los ingresos por ventas externas han crecido en ese período el 18%, mientras que si se miden cantidades físicas despachadas -o sea, la mayor producción efectiva exportable que la Argentina comercializa al resto del mundo-, el incremento es tres veces menor: del 6%. La situación no es novedosa. Si se comparan los años de crecimiento posdevaluación, en la mayoría fue mayor el crecimiento por precios que el incremento basado en cantidades: 2003 (2% cantidades, 11% precios); 2004 (3% cantidades, 13% precios); 2007 (2% cantidades, 9% precios); 2008 (3% cantidades, 33% precios).
Según el estudio de DNI, 2006 fue el único año en el período analizado en el que hubo un "saludable equilibrio": incremento del 6% en cantidades y de un 7% en precios. También se destaca que hubo sólo dos años en los que las cantidades tuvieron mayor relevancia que los precios: 2005 (17% cantidades, con una baja de precios del 4%) y 2010 (11% cantidades con 5% precios). Pero ¿qué riesgos implica para el país tener un modelo exportador basado en los precios?
"No hay que autoflagelarse por beneficiarse con los buenos precios. Está bueno tener eso y da la sensación de que tiene que ver con tres circunstancias excepcionales que nos benefician", respondió Elizondo antes de describir la tríada.
1) Los altos precios de los cereales oleaginosos, especialmente la soja. "Es cierto que dentro de esto no podemos medir cuánto de capital especulativo hay en esos más de 200.000 millones de dólares que se invierten en Chicago", advirtió.
2) Brasil, con un dólar a 1,60. "Eso tracciona y licua nuestra pérdida competitiva."
3) La tasa de interés norteamericana a casi 0%.
Para el ex director ejecutivo de la Fundación ExportAr, el modelo puede ser malo en la medida en la que no se advierta que es variable.
"Cuando esto deje de pasar, ¿qué se hará con la inflación de costos que tenemos? Otro punto débil es la muy baja inversión que se registra en el país. Hay una incapacidad para generar más oferta exportable por falta de inversión. Una luz amarilla que habría que ver es esa, y a partir de ahí aprovechar este buen momento con incentivos fiscales para generar más inversión", añadió.
Raúl Ochoa, de la Fundación Standard Bank y la Universidad Tres de Febrero, cree que no se puede mantener todo en precio.
"Cuando se mira la tendencia, los precios son mejores que los de la década anterior, pero no es sostenible el pico de 2008 por el debilitamiento del dólar y cuestiones de la oferta, entre otras cosas. Para aumentar el volumen exportado, hay que hacerlo con más cantidad de producción. Ese es el desafío: hacer crecer la producción. En la medida en que se agrega valor, es más sostenible porque se está menos sujeto a los vaivenes de las commodities", dijo. Ochoa dijo que últimamente se ve algún impulso al tema de la promoción de exportaciones, la búsqueda para aumentar la producción de pollos y recuperar el tema bovino con mejores rendimientos, por ejemplo.
Muchos dirán, como el conocido refrán, "mal de muchos, consuelo de tontos", pero es cierto que el peso que ejercen los precios en las exportaciones no es materia exclusiva de la Argentina.
"Toda la región está sujeta a los precios. Perú y Chile de modo especial, porque las commodities agrícolas subieron, pero no tanto como los minerales y el petróleo", comentó Ochoa.
Ricardo Delgado, director de la consultora Analytica, dijo que la Argentina tiene los términos de intercambio y los precios de exportación más altos de las últimas tres décadas, y que las cantidades vendidas crecen, pero a tasas más bajas de lo que lo hacen en la región.
Aumentar los volúmenes de exportación lleva tiempo, según advirtió. "Diversificamos mercados desde 2003 y eso es bueno, pero siempre vendemos lo mismo. La relación exportaciones-producto cae. La política de Chile para diversificar sus exportaciones y «zafar» del cobre le llevó 15 años. A mediados de los 70, las tres cuartas partes de sus ventas al exterior eran cobre; hoy, el 50% sigue siendo cobre, a pesar de que le agregaron valor", contó.
Delgado dijo que hoy todos los países del mundo están sujetos a las variaciones de los precios internacionales. "Es mejor que las exportaciones crezcan en volumen, pero no es soplar y hacer botellas", agregó.
Lucio Castro, director del Programa de Integración Global y Desarrollo Productivo de Cippec, sostuvo que la Argentina fue el país sudamericano que menos creció entre 2003 y 2009 en cantidades exportadas. Brasil, pese a la apreciación de su moneda, creció 20 puntos porcentuales más que nosotros, según comentó.
Según su opinión, el modelo basado en precios agrega un factor de volatilidad muy importante a las cuentas del país ya que buena parte del superávit se explica por las exportaciones.
"El riesgo más importante no es la dependencia de las commodities sino la concentración en productos. Diversificamos los mercados a los que exportamos, pero concentramos los productos. Es una tendencia que compartimos con el resto de la región, pero aquí están más concentrados por las políticas públicas", dijo.
¿Cómo resolverlo? "Lo primero sería tratar de remover gradualmente las medidas más distorsivas como las cuotas de exportación. El problema con las políticas sobre importaciones es la incertidumbre que genera tanto para quienes se benefician con las medidas como para quienes se perjudican. Esa incertidumbre dilata la decisión de inversiones y las afecta. En todos los países del mundo emergente, una política muy importante para aumentar la diversificación es la atracción de inversiones. Aquí, en las políticas de promoción de exportaciones, hay problemas de dispersión y falta un plan estratégico a largo plazo."
¿Qué es lo que explica los alto precios de las commodities? ¿Estamos ante una eventual nueva burbuja?
Castro considera que lo que explica los valores de hoy responde, básicamente, a la oferta (en donde hay grandes restricciones tanto por cuestiones ambientales como de acceso a la tecnología) y demanda (crece más que la oferta por el aumento de la población y el surgimiento de la nueva clase media mundial que cambia y mejora el tipo de alimentación).
"Brasil, la Argentina y Estados Unidos son los únicos que están en condiciones de aumentar la oferta", sentenció.
El débil crecimiento de la economía norteamericana y los serios problemas en la Unión Europea (UE), así como la probabilidad de menor crecimiento en los países emergentes como China, India, Brasil y Malasia, son algunas de las señales de alerta que percibe Castro. Pese a todo, cree que los precios se mantendrán y no apoya la teoría de una eventual nueva burbuja.
Gustavo López, director de la consultora Agritrend, enumeró los motivos que sustentan precios más altos: la oferta relativamente sostenida en el tiempo, con un ritmo de consumo por encima de la producción (los consumos están basados en la mejora de la economía de los principales países y un cambio en los hábitos de consumo, especialmente en los países emergentes, y eso lleva a que el ritmo de consumo aumente a tasas más altas) y los nuevos usos para las commodities (biocombustibles).
"Eso es la base fundamental de sustentación de precios más altos, pero no creo que sea una burbuja como se pensaba en otros ciclos. No se pueden esperar precios mucho más bajos. La FAO (Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), la UE y Estados Unidos analizaron los próximos 10 años y establecieron que, si bien probablemente los precios no estén en los picos de 2008, sí serán entre el 40 y el 50% superiores a los precios de la década pasada", explicó.
López opina: "Tendríamos que evitar tener una dependencia tan grande de los precios"; y piensa que ello se puede licuar en la medida en la que se aumenten los volúmenes.
"Estimamos que en 2020 llegaríamos a 140 millones de toneladas, y eso es factible. Hay que generar más producción y diversificarla en un marco de incentivos que involucra cambios tributarios y comerciales. Darle más incentivos a un producto que a otro, por ejemplo, disminuir retenciones a un producto para equilibrar los ingresos por volumen. Las restricciones comerciales como las cuotas y cupos para la exportación se traducen en precios menores para el producto y restan incentivos para seguir produciendo", comentó.
Luego, señaló una limitante no menor para lograr el cambio de modelo: la estructura para crecer.
"Para pensar en una Argentina pujante hay que tener una estructura que sostenga ese volumen. Un esquema de transporte y almacenamiento eficiente, una agroindustria muy eficiente, logística para movilizar, y una estructura portuaria muy aceitada. Las dos últimas están bastante aggiornate; las primeras son los dos cuellos de botella más grandes que tenemos", sentenció, antes de comentar: "El tema impositivo y estructural, definitivamente, genera grandes interrogantes".
López explicó que sólo este año, el sector granario aportará entre 30.000 y 32.000 millones en divisas y US$ 9000 millones en retenciones. "Sólo este sector aporta entre el 40 y el 45% de ingresos por divisas y podés aumentarlo al 50%, en un momento en que el mundo está ávido de esto, con el agregado de que eso despegaría el efecto precio. No hacen falta cambios bruscos; alcanza con políticas estratégicas", dijo.
"¿Estamos frente a una potencial nueva burbuja?", preguntó La Nacion a Ochoa. "No hay una respuesta única. La tendencia de los precios es firme, pero no quiere decir "a cualquier precio". Son mejores que en el pasado, sí, pero no puede saberse si el precio de la soja será de US$ 500 y el maíz US$ 240. Depende de muchos factores: si los chinos seguirán comprando, de la situación internacional, si Estados Unidos seguirá subsidiando el precio del maíz. Hay nuevos consumidores más sofisticados, hay más gente que come y eso ayuda a nuestra demanda, y todo indica que tenderá a mantenerse", respondió.
Elizondo se inclina por que no se trata de una burbuja, pero con algunas advertencias.
"Hoy, la economía argentina tiene un modelo pro consumo. Hay un agotamiento en la capacidad logística y de transporte. Es necesario garantizar a los empresarios el acceso a la energía, el transporte y la logística, y aprovechar este momento de bonanza. Al margen, hay capitales por 250.000 millones invertidos en los mercados de futuros agrícolas. No creo que sea una burbuja que explote; mucha estructura sostendrá los precios altos, pero en el margen hay un componente que no durará por siempre", concluyó.
Muchos factores en danza, casi tantos como las oportunidades que el país tiene para, aprovechando el viento de cola, hacer las reformas necesarias para asegurar un futuro más previsible.
25% Es lo que crecieron las exportaciones argentinas en los primeros cinco meses de 2011
30.000 millones de dólares son las divisas que, según se estima, aportará el sector granario este año
250.000 millones de dólares se calcula que hay invertidos en los mercados de futuro agrícolas