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Perspectivas 2010: el desacople entre las finanzas y la economía real

De FUNDACION ICBC | Biblioteca Virtual

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Raúl Ochoa, iprofesional.com, 21 de diciembre de 2009

El final de este año nos encuentra inmersos en vigorosas subas de las acciones, los commodities, el oro, una fuerte apreciación de una serie de monedas con respecto al dólar y entidades financieras que, superada la etapa mas dura de la crisis, ya muestran jugosos resultados y generosas retribuciones a su staff superior.

¿Son estos hechos refulgentes la verdadera cara del final de la crisis, de la “vuelta a la normalidad” al bullish market pre crisis o esconden tras su aparente brillo, el retrato donde se reflejará, al decir de Oscar Wilde, el verdadero rostro de Dorian Gray?

Vale detenerse y reflexionar sobre el estado de situación de la economía real para poner en duda la magnificencia señalada en el primer párrafo.

La economía norteamericana, a pesar de la vastedad de recursos volcados a fin de evitar daños mayores, acumula una tasa de desocupación superior al 10% y teniendo en cuenta los cortes de horarios que soportan otros trabajadores, indicarían que 1 de cada 6 empleados en esa economía está sufriendo pérdidas de ingresos significativos. En Europa se ha atendido más a evitar el aumento del desempleo, auxiliando a las empresas para que mantengan sus planteles, subsidiando parte de las horas no trabajadas o desarrollando programas de emergencia de empleo público –restauración de museos, castillos, plazas, pueblos de valor turístico, etc–. Aún así, la desocupación promedio ha trepado al 9,8%, con casos muy complejos como España, Grecia y la mayoría de los países del este europeo recientemente incorporados a la Unión.

Obviamente los países en desarrollo sin los recursos monetarios y fiscales a su disposición de los países desarrollados, han sufrido diversas consecuencias en materia de empleo, producción y comercio con las nítidas excepciones de China, India y algunos otros países del sudeste asiático.

Globalmente, la economía, medida a través del PBI, ha retrocedido un 2,4%, pero el comercio mundial se ha desplomado un 12% en volumen, señalando este indicador la cruda realidad que estamos atravesando, pues si la restricción crediticia afectó los flujos comerciales, es la caída de la demanda el motivo fundamental del desplome del intercambio de bienes.

Por otra parte, si bien es cierto que a través de las décadas ha aumentado la elasticidad del comercio con respecto a las variaciones del ingreso, alcanzado una proporción de más de 3,5/1 en esta década y por lo tanto su contracción a caída de producto, es mucho mas elevada que en el pasado, el nivel de reducción indica la pérdida en la actividad mundial.

El 2010 se avizora como un año de recuperación lenta de la economía, manteniéndose cifras de desempleo elevadas tanto en Estados Unidos como en Europa. ¿Cómo se explica entonces la euforia en acciones, commodities incluyendo el petróleo, el oro y la apreciación de monedas como el caso del euro y el yen cuyas economías reales lejos están de haberse recuperado?

Una explicación plausible es la que señala a la debilidad del dólar como el motor de la suba de activos – incluido otras monedas – en otras palabras todo el resto sube en diversas proporciones porque en realidad lo que disminuye es el dólar.

Ahora, qué pasaría si esto lo miramos a la luz de lo sucedido antes de la crisis y donde la “inflación burbuja de activos” fuera ocasionada por las políticas laxas en materia de liquidez y de tasas de interés extremadamente bajas, pues si bien lo que actuó como detonador fueron las hipotecas subprime, otros activos inflados eran las acciones, los commodities –recuerden soja a u$s600, petróleo barril WTI a u$s147, el oro a más de U$S 900 la onza, el euro 1,40 por dólar y mas cercano geográficamente el real a 1,56 por dólar– todo lo cual indicaba el riesgo sistémico a que estaba sometida la economía mundial.

Ahora en un escenario aparentemente diferente y por motivos propios del intento de la resolución de la crisis financiera, tenemos en el mundo desarrollado –todavía mas del 60 % de la economía mundial– un "bombeo de liquidez” no absorbida, déficits fiscales de dos dígitos, aumentos fortísimos del endeudamiento público con tasas de interés de referencia orillando 0% y como todavía no hay en el horizonte moneda de reemplazo al dólar, lo que hay en definitiva es un espectacular “carry trade” de quienes acceden a crédito en dólares a tasas ínfimas y se colocan en diversos tipos de activos incluidas otras monedas, en definitiva aparentemente nada ha cambiado.

Sin embargo, basta ver los valores de los CDS contra deuda soberana para intuir la fragilidad de muchas economías, incluidas buena parte de los países de la zona del euro, pero lo grave es observar que los intereses de quienes han ganado y mucho con la desregulación de los mercados financieros –a su vez ahora apoyados con recursos de los contribuyentes porque son ”muy grandes” para caer-, con las transferencias de las producciones de multinacionales desde Estados Unidos, Europa y Japón hacia China y otros países asiáticos de mano de obra barata y las propias ganancias chinas con su enorme instalación industrial-exportadora y la entrada al mercado laboral de 20 millones de personas cada año con un tipo de cambio administrado artificialmente depreciado. Son todos factores favorables al mantenimiento del status-quo, hasta que ….otra crisis lo haga inviable, ¿en 2010 o 2011?

Raúl Ochoa es ex subsecretario de Comercio Internacional y miembro del comité académico de la Fundación Standard Bank

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