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Los países amurallan fronteras contra importaciones con graves efectos para la Argentina

De FUNDACION ICBC | Biblioteca Virtual

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Infobae Profesional, 24/02/09

Diversos expertos, entre ellos Raúl Ochoa de la Fundación Standard Bank, se refieren al nuevo fenómeno del proteccionismo que, en el actual contexto de crisis, comienza a diseminarse en países de todos los continentes, impulsado por el temor al colapso de las industrias locales por efecto de la mayor crisis económica internacional en más de siete décadas.


Políticos, economistas y funcionarios de organismos internacionales comenzaron a alzar sus voces para advertir sobre los riesgos que corre el sistema comercial mundial –tal como hoy se conoce- si prosperan las distintas políticas para “amurallar” las fronteras.

El fantasma proteccionista, que amenaza con diseminar la idea de que cada producto importado es sinónimo de un trabajador en la calle y un candado más en el portón de una fábrica, ya comenzó a trabajar y a diseminarse a escala planetaria.

Esta práctica de blindar la industria y al agro, ya sea tanto en países ricos como en los desarrollados, se camufla bajo un amplio abanico de prácticas que incluyen subsidios, licencias no automáticas, subas de aranceles, normas técnicas que funcionan como verdaderas barreras pararancelarias y hasta el polémico “compre nacional” que ya se instauró en países como EE.UU. y China.

La campana de largada para esta dramática carrera del “sálvese quien pueda” ya sonó y las consecuencias para las exportaciones pueden ser graves, según alertaron empresarios y economistas argentinos consultados por iProfesional.com.

Voces de alerta por un lado, murallas por otro El miedo de algunos organismos, como la Organización Mundial del Comercio (OMC), es que el proteccionismo se difunda como reguero de pólvora, como ya sucedió durante el crac del ´30.

En ese entonces, tras la imposición en EE.UU. de derechos aduaneros a casi 1.000 productos, llegó la respuesta de Europa y América latina, que directamente optaron por cerrar sus mercados: esto se tradujo en un dramático desplome de los flujos comerciales mundiales de casi 70% en un plazo de cinco años.

“Dadas las circunstancias económicas actuales, y el hecho de que el crecimiento del comercio ya se ha estancado en todo el mundo, es crucial que activemos el radar para obtener toda la información posible sobre la evolución a nivel mundial de las políticas relacionadas con el comercio”, ordenó el director de la OMC, Pascal Lamy, en una conferencia realizada pocos días atrás.

”Las frágiles perspectivas económicas de todos los Miembros de la OMC son ahora especialmente vulnerables a la introducción de nuevas medidas que cierren el acceso a los mercados o distorsionen la competencia. Este es el caso, sobre todo, de los países en desarrollo, porque el crecimiento económico de muchos de ellos depende fuertemente del comercio”, alertó Lamy.

El director del organismo recordó que en la reunión del G20 realizada a fines de 2008, se aconsejó a la comunidad internacional "abstenerse" y no crear "nuevos obstáculos al comercio y la inversión", e "imponer nuevas restricciones a la exportación o aplicar medidas para estimular las exportaciones que fueran incompatibles con las normas de la OMC".

En la misma línea, el secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Ángel Gurría, exigió que se evite la "tentación" del proteccionismo industrial y comercial en los planes estatales de estímulo económico.

Por su parte, el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, se sumó al coro de advertencias sobre el riesgo de responder a la crisis económica con una muralla.

Ante un grupo de eurodiputados y miembros de los parlamentos nacionales reunidos para analizar la situación económica, Trichet recalcó que el proteccionismo es una opción "peligrosísima" y recordó los "efectos desastrosos" que esta política ha tenido en anteriores fases de desaceleración.

Sin embargo, a pesar de estos desesperados pedidos, la realidad política y económica va por el sendero opuesto.

El propio primer ministro checo, Mirek Topolánek, cuyo país ocupa la presidencia de turno de la Unión Europea (UE), llegó a arremeter contra algunos Estados miembros por "echar gasolina al fuego" adoptando medidas restrictivas al comercio.

Sin citar a ningún país en concreto, la presidencia checa denunció que considera que el plan de Francia de ayuda al sector del automóvil va en contra de la unión en el viejo continente.

A partir de este caso, se puede confeccionar una interminable lista de medidas que tienden a blindar fronteras o dar ventajas a la industria local por sobre las de otras economías a lo largo y ancho del planeta: la misma incluye subas de derecho de importación en Rusia y en India, cupos y suba de derechos para más de 600 productos en Ecuador y hasta restricciones para el ingreso de productos en Indonesia, entre otras prácticas.

La Argentina no está exenta de esta tendencia: en los últimos meses emitió un gran número de licencias no automáticas y más de 1.000 nuevos valores criterio que elevaron el precio de entrada al 35% de los productos que ingresan al país.

Este tipo de medidas generó críticas del propio Lamy, quien disparó contra el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner por lanzar "un plan de 3.100 millones de pesos para estimular las ventas de automóviles" y aplicar "un régimen de licencias no automáticas" para "piezas de vehículos automotores, textiles, televisores, juguetes, calzados y artículos de cuero".

¿Se viene la crisis del libre mercado? En diálogo con iProfesional.com, Raúl Zylbersztein, secretario de la Confederación General Empresaria de la República Argentina (CGERA), alertó que “todo el mundo está protegiendo sus industrias, promoviendo sus propios productos y quitándole competitividad a los bienes importados. Ya nadie puede defender el libre mercado”.

”La competencia en el mundo va a ser cada vez más feroz”, aseguró a este medio.

En este sentido, Zylbersztein apuntó contra el “doble discurso” al sostener que “existen dos tipos de países, los proteccionistas y los hipócritas; porque los más férreos defensores de la globalización utilizan prácticas que tienen que ver con la fuerte intervención del Estado para proteger, mediante aranceles, subsidios y normas paraarancelarias los intereses de sus empresas y sus economías”.

En tanto, Horacio Moschetto, quien representó a la CGERA en las últimas reuniones en Ginebra, sostuvo que “la Ronda de Doha está herida de muerte. Las advertencias por el retroceso del intercambio del mercado global se ven patéticas al ser lanzadas por países que ejercieron y ejercen hoy las más variadas prácticas de control del mercado”.

Según Diego Pérez Santisteban, director de la Cámara de Importadores y titular del departamento de Comercio Exterior de Deloitte, “en este momento, el brote proteccionista está extendido en todo el mundo".

“Lo que vemos es que, más allá de discusiones aisladas que siempre existen, ahora se ha instalado como tema central de debate político a nivel global", recalcó.

En la misma línea, Raúl Ochoa, miembro del comité académico de la Fundación Standard Bank y ex subsecretario de Comercio Internacional, “si no hay coordinación y no se utilizan los mecanismos multilaterales puede ser una onda expansiva muy complicada. Una tendencia en medio de una contracción de la producción y del comercio, puede provocar un daño enorme y una virulencia muy fuerte”.

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