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En pie de guerra: el ataque que despliega la defensa argentina

De FUNDACION ICBC | Biblioteca Virtual

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Florencia Carbone, La Nación, Suplemento de Comercio Exterior, 4 de septiembre de 2012

Para unos, estrategia de ataque; para otros, de defensa. Para todos, una de las principales armas en una guerra comercial globalizada: el proteccionismo avanza a paso redoblado.

Como si se tratara de una novela policial, en el último tiempo la Argentina quedó envuelta en una trama de acusaciones cruzadas. En mayo fue la Unión Europea; hace 15 días, Estados Unidos y Japón; la semana pasada, México.

El circuito funciona casi siempre de la misma manera. Un país o bloque "llama a consulta" a la Argentina en el ámbito de la Organización Mundial del Comercio (OMC) para cuestionar la política comercial local y, casi de inmediato, llega el contraataque: se denuncian incumplimientos anteriores del denunciante.

Lo que puede sonar como un trabalenguas tiene ejemplos concretos:

- Washington y Tokio llaman a consulta a Buenos Aires para que explique si el sistema de control de ingreso de mercaderías puesto en marcha en febrero viola o no las normas internacionales. El gobierno argentino inicia un pedido de consultas contra los Estados Unidos y Japón por las barreras que ellos imponen a los limones y la carne locales.

- La UE hace una presentación ante la OMC por el sistema argentino de administración de comercio; la Argentina responde con un reclamo por el freno español al biodiesel local.

¿Es una guerra con sustento o simples reacciones temerarias? "La Argentina vive un momento de tensión comercial externa bastante atípico. Históricamente fue un país con prácticas de libre comercio y pocos conflictos internacionales en materia comercial. Hoy, es uno de los que más cuestionamientos tiene, en particular de los países desarrollados. Las consultas formales del mecanismo de solución de controversias de la OMC iniciadas por la UE, Japón, Estados Unidos y México confirman un nuevo escenario de confrontación internacional", dice Gustavo Idígoras.

Ex agregado agrícola argentino ante la UE y actual director de la Consultora BIM (Agronegocios y Bionergías), aclara, sin embargo, que no se debe tener una visión unidireccional de la situación. "Hay un fuerte resurgimiento del proteccionismo comercial en países desarrollados que están viviendo una etapa de recesión y crisis económica. Esos países que cierran sus fronteras tienen, a su vez, una posición más dura para defender sus exportaciones. No es raro que de manera coordinada la UE, Estados Unidos, Japón y México lleven al régimen de licencias no automáticas de importación argentino a un cuestionamiento en la OMC", dice.

DEJAR LA PASIVIDAD

Idígoras evalúa que "la Argentina ha tenido históricamente una posición muy pasiva en materia de defensa de sus intereses exportadores ante países desarrollados. Las restricciones de ingreso de carne bovina y de cítricos a Estados Unidos llevan muchos años y ningún otro gobierno se animó a enfrentarlos en la OMC, a pesar de que todos los años los sectores exportadores pedían al gobierno nacional una actitud firme".

Por esa razón, dice que prefiere pensar que la actual administración "tiene una convicción clara en defensa de las exportaciones de economías regionales -como los cítricos del NOA-, más que creer que es una simple táctica evasiva para contrarrestar los cuestionamientos hacia el control de importaciones".

Uno de los argumentos del oficialismo para defender su actual política comercial es que todo responde a un interés superior: desarrollar una política de reindustrialización.

Alieto Guadagni responde que "no hay industrialización sostenible en un país de ingresos medios como la Argentina, que además tiene ya una historia de desarrollo de importantes actividades manufactureras de más de 60 años, que no asegure potenciar la aptitud exportadora de su industria manufacturera y además evite afectar la competitividad de estas producciones".

Según el ex embajador en Brasil y ex secretario de Energía e Industria, "es una contradicción hablar de un plan de reindustrialización cuando al mismo tiempo se aplican impuestos a los bienes industrializados que se exportan y se pretende utilizar el tipo de cambio como única ancla para controlar la alta inflación vigente en los últimos seis años".

Félix Peña señala que "la Cepal ha recordado que el camino a la industrialización se nutre de la incorporación de innovación y del progreso técnico, con el abandono de cualquier tentación a lo que el recordado economista Fernando Fanjzylber denominaba «modernización de escaparate». De ahí que una política industrial acorde con los tiempos puede requerir combinar con habilidad una dosis de protección compatible con los compromisos asumidos en la OMC, con un fuerte apoyo a la innovación y al progreso técnico, a la inversión productiva y a la inserción de nuestras empresas, especialmente las pymes, en cadenas de valor globales y regionales".

Vicente N. Donato, director científico de la Universidad de Bologna en Buenos Aires, considera importante que el país haya vuelto a creer en sus capacidades de producción local y que se diseñe y ejecute una política comercial no ingenua, pero advierte que "la actual improvisación con el control de las importaciones no conduce a buen puerto. Se estableció una especie de juego perverso donde nadie apuesta al país, ni los extranjeros ni los nacionales".

A propósito, y casi al margen, días atrás, durante el lanzamiento de una obligación negociable por 15 millones de pesos para financiar inversiones en la fábrica de electrodomésticos Percomin en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, la ministra de Industria, Débora Giorgi, resaltó el proceso de sustitución de importaciones promovido por el gobierno nacional como parte de una política de Estado que "orientó la rentabilidad a la producción en detrimento de la importación".

Peña comenta que el informe de la Cepal publicado la última semana ( Cambio estructural para la igualdad. Una visión integrada del desarrollo ) "brinda un rico arsenal de ideas para nutrir un necesario debate nacional -al igual que en los otros países de la región- sobre el tipo de políticas y de articulaciones público-privada que se requieren para poder navegar un nuevo escenario de la competencia económica global, muy marcado por la conectividad entre los mercados, la denominada "tercera revolución industrial" y la regionalización de las estrategias de inserción de cada país en el mundo a través de múltiples e innovadoras modalidades de cooperación que incluye, en particular, los encadenamientos productivos transnacionales y el aggiornamiento de los procesos de integración".

Y agrega que es en ese contexto "donde debe situarse la apreciación sobre la calidad y eficacia de las políticas comerciales y de las industriales, a fin de potenciar la inversión productiva, la generación de empleo y la igualdad social en nuestro país".

CRÍTICA A LA AUTOSUFICIENCIA

Idígoras es tajante: "Ningún país del mundo puede vivir con la producción propia únicamente; una visión así sólo fomenta desempleo y desindustrialización. Supongo que la visión de la ministra es el fomento de la industria nacional insertada en el mundo, en donde el suministro de insumos claves es parte estratégica de la competitividad de toda industria, de hecho el Plan Estratégico Industrial 2020 prevé la existencia de importaciones".

Admite que en el escenario actual de alta conflictividad comercial y mayor proteccionismo, "es ridículo tener una política de libre comercio con bajos aranceles, menos para un país tan diversificado como es la Argentina".

¿Qué debe hacerse, entonces? Según Idígoras, se debe fomentar una política de sustitución de importaciones inteligente, selectiva, basada en inversiones directas reales y de largo plazo, con industrias de empleo intensivo, que tiendan a un desarrollo territorial equilibrado en todo el país, y que se introduzcan medidas fiscales y crediticias para sustentar esos desarrollos".

El ex agregado agrícola en la UE opina que "no es factible que todos los sectores tengan que ser protegidos". Y asegura: "Ningún país ha desarrollado una política similar por largo tiempo. En general son medidas coyunturales. Lo importante es que el Estado nacional en este mundo de conflictos comerciales, prácticas desleales y menos comercio internacional, tenga una visión estratégica y transparente para fomentar los sectores claves del desarrollo sustentable en el país, en donde sin lugar a dudas la agroindustria y la bioenergía ocupan el primer lugar".

Donato cree que Giorgi tiene razón en promover la sustitución de importaciones, pero destaca: "Sabemos que el razonamiento dicotómico es siempre elemental. El mundo es más complicado y complejo. No hay producción nacional posible sin importaciones. Para desarrollar la industria nacional hay que invertir cada vez más en ciencia y tecnología, y apoyar de todas las maneras posibles la profesionalización de las pymes. Hay que expandir el crédito industrial local y premiar la reinversión de utilidades en las empresas".

Guadagni comenta que en los países que aplican políticas económicas que apuntan al crecimiento sostenible no hay conflicto entre producción e importaciones, ya que la experiencia mundial muestra que los procesos de crecimiento más robustos y sostenibles se dieron en aquellos países que tuvieron visión ofensiva, es decir expandieron sus exportaciones. "La vision defensiva del proteccionismo (salvo en países de muy bajos ingresos y en la fase inicial de su modernización) es consistente con el atraso tecnológico, la pérdida de las inversiones de mayor productividad, genera presiones inflacionarias por alza en los costos y es la garantía del atraso productivo", dice.

Idígoras opina que, con el actual panorama mundial, la Argentina "debe confirmar esta senda de defensa de los intereses exportadores e iniciar nuevas disputas en la OMC frente a países que históricamente han cerrado sus fronteras a los alimentos argentinos, como Japón y México".

¿Defensa o ataque? Más allá del lugar desde el que tomen sus decisiones, los países intentan pertrecharse para una guerra proteccionista que, por ahora, parece estar muy lejos de un armisticio.

EVOLUCIÓN

En los cinco años que van desde 2008 hasta 2012 (con la peor crisis financiera mundial en el medio y su consecuente impacto económico y comercial), en la mesa de entradas de la Or-ganización Mundial del Comercio (OMC) se acumularon 22 reclamos. China fue el objeto de 6 planteos; Estados Unidos recibió 5; la Unión Europea (el conjunto de 27 países) tuvo 4, y la Argentina también fue blanco de 4 reclamos. La apertura de consultas en la OMC es normal aun-que infrecuente. No indica que un país sea más proteccionista que otro. Los números incitan a sacar otra conclusión.

RECLAMOS

En 2010 (año posterior a la crisis): 17

En 2011: 8

En 2012 (6 meses): 18. Un semestre movidito.

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