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Conectar el Mercosur con el comercio global, el camino para revitalizar al bloque

De FUNDACION ICBC | Biblioteca Virtual

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La Nación, Suplemento de Comercio Exterior, 1 de diciembre de 2016

Por Ana Belén Ehuletche

Si bien hay características que posicionan al Mercosur como una potencia económica: cubre un territorio de casi 13 millones de km2 y cuenta con más de 275 millones de habitantes (cerca del 70 % de América del Sur), los sectores industriales y productivos, aún esperan su desarrollo. Y en el contexto actual la conexión con el comercio global, parece ser el camino adecuado.

Luego de referirse el rol de las pymes como generadoras empleo y destacar el lugar preponderante que tienen para el Gobierno, durante el encuentro anual de Abeceb, el ministro de Producción de la Nación, Francisco Cabrera, analizó junto al economista Dante Sica la actualidad del Mercosur y las posibilidades de la Argentina frente a la nueva configuración geopolítica, principalmente a partir del triunfo de Donald Trump en los Estados Unidos.

"El Mercosur ha estado muy cerrado sobre sí mismo. Creemos que necesita flexibilizarse para promover el comercio regional", apuntó y describió que "durante los últimos años se lograron acuerdos con el 10% del PBI del mundo, mientras Chile negocia con más del 90%". Sica sostuvo que el bloque económico "necesita un sinceramiento urgente para definir a dónde quiere ir en los próximos 20 años. Brasil, Argentina y varios países de la región comparten el desafío de liderar y crecer en un mundo que pierde impulso".


La incertidumbre pone en jaque el crecimiento

Luego Felipe Larraín, ministro de Hacienda de Chile durante la presidencia de Sebastián Piñera, amplió la visión sobre el escenario que se planteará en América latina con el nuevo gobierno norteamericano. "En el caso particular de México, está realmente complicado porque envía el 80% de sus exportaciones a Estados Unidos; Centro América, el 50 % y en América del Sur tenemos algo de comercio regional pero el grueso de nuestros productos van a Asia", dijo y explicó que esto nos coloca "dentro del circuito global".

Según el ex funcionario chileno, para los países del Sur, "es vital el regionalismo pero sin cerrarnos del mundo y la Alianza del Pacífico que es crucial", afirmó sin esquivar el Mercosur: "Mientras siga siendo una unión aduanera, que tenga un arancel común, es muy difícil la integración con otros países, porque eso equivale a ceder la política comercial a un ente supranacional que tiene principios distintos". Y afirmó que "es fundamental pensar si hay voluntad para la flexibilización del Mercosur".

Rubens Ricupero, ex titular de Hacienda de Brasil, señaló que hay que enfocarse en la región, sus problemas y sus posibilidades. "Tenemos que mirar nuestro caso, ¿cuál es la ventaja comparativa? es la alta industria", dijo y se mostró sorprendido ante la "poca imaginación" que ha demostrado el Mercosur para superar los vínculos con los mercados.

Además reflexionó sobre "cómo seríamos globalmente como grupo que controla una buena parte de la producción de alimentos del mundo". La realidad, según el ex ministro de Itamar Franco, muestra que "si sumamos Argentina, Uruguay, Brasil y Paraguay tenemos un porcentaje muy elevado de producción mundial de soja, maíz, carnes, algodón y azúcar, entre otros", pero el problema radica en que "no controlamos el comercio".

Nuevo mapa

Luego de contextualizar sobre la situación comercial internacional de los países desarrollados, Estados Unidos y Europa, que desde la crisis de 2008 tuvieron un crecimiento nulo o negativo, distinto a las economías emergentes como China, que "creció al 10% durante 10 años", y Paraguay, que "es el único país en América latina que creció al 5% teniendo como principal aliado a Taiwán", Sergio Abreu, ex ministro de Relaciones Exteriores de Uruguay, lanzó una pregunta: ¿No será que estamos buscando en la fuerza de los demás el origen de nuestras debilidades?

El primero en responder fue Felipe Larraín: "Cuando uno mira el escenario internacional no ve una crisis global, echarle la culpa de los problemas internos a lo que está sucediendo afuera es un viejo recurso pero hay que tratar de manejarse con la verdad". Y lo cierto es que "tenemos un mundo desarrollado que crece poco, alrededor de 2%; un mundo emergente que crece sobre el 4%, y en términos generales el crecimiento es algo más que el 3%. No representa una fiesta pero tampoco es una situación compleja", explicó.

En tanto Rubens advirtió sobre el peligro de comparar las tasas de crecimiento de países que son muy distintos porque hay, por ejemplo, problemas demográficos, "no hay una regla que se pueda aplicar a todos los países". Además reconoció que "en nuestro continente tenemos la costumbre de importar conceptos con cierto retraso, hoy el escenario internacional está más cargado que los nacionales" y, retomó la descripción que realizó el FMI sobre la economía mundial actual: "Demasiado lento por demasiado tiempo, con excepciones como China e India".

En términos generales la economía no crece y el comercio está en una situación delicada. "Hace cinco años que el comercio hace un esfuerzo enorme y no logra acompañar el crecimiento del producto. Hay discusiones académicos, hay factores coyunturales como la crisis financiera, pero hay otros estructurales que fueron reflejados también por el FMI", añadió Rubens.

Los últimos estudios del FMI muestran que la elasticidad de demanda por manufacturas mermó, entonces "la receta que se daba a todos los países, que la solución para el crecimiento era vía exportación de manufacturas, en un comercio en expansión con cada vez más demanda, quizá ya no sirva más".

"Hoy en día -continúo- para los países del extremo sur del continente, pensar que podemos hacer competencia a los chinos o a los asiáticos en las cadenas integrales de valor que ya existen, para exporta a Estados Unidos, con desventajas geográficas de transporte, por ejemplo, es un problema".

Esquema propio

El ex funcionario de Brasil aconsejó no reproducir esquemas. "Lo que tiene sentido para China no lo tiene para Brasil, y así en cada caso. Tenemos que tener un abordaje propio no en términos generales que no se aplican a nuestro caso."

En la misma línea se expresó Sica al opinar que "el tema está mucho más adentro ahora que lo que viene de afuera. Si uno mira lo que pasó en la última década en los países de la región, mejoraron sus condiciones macro, se hicieron menos vulnerables a ciclos internacionales y eso, de alguna manera, ha permitido que este último ajuste no los haya afectado tanto".

Por eso, el director de Abeceb consideró que "tenemos que empezar a ubicar nuestras propias estructuras y buscar a partir de ahí cuál es el mejor camino. No hay una receta sólo por el libre comercio, porque si no hay un apoyo, no se garantiza el desarrollo".

Volviendo al Mercosur, el economista sostuvo que "en los últimos 15 años prácticamente no avanzamos. Entonces, realmente hay que plantear si somos una zona de libre comercio imperfecto, con un arancel externo común que está perforado en más del 50 por ciento de las concesiones. No tenemos posibilidades supranacionales, somos los propios países que rotamos, donde más de la mitad de las decisiones no se convalidan y no se aplican internamente".

Y luego de analizar que "tenemos una industria manufacturera que no es competitiva a nivel internacional, salvo algunos casos", Sica recomendó "cómo podemos tener mucha más presencia en lugares donde prácticamente no hay participación a partir de las nuevas disciplinas, técnicas y normas de seguridad".

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