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CONECTIVIDAD FÍSICA, PRODUCTIVA Y CULTURAL: Condiciones para una inserción sustentable en la competencia económica global

De FUNDACION ICBC | Biblioteca Virtual

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Félix Peña, Newsletter de Comercio Internacional, Mayo de 2018

Resumen:

En la reciente Conferencia sobre Infraestructura para el Desarrollo de América Latina, organizada por la CAF, realizada en Buenos Aires los días 25 y 26 de abril 2018, se analizó en su Panel 4, el tema de “Infraestructura para la Integración”.

Uno de los comentarios efectuados se refirió al contexto de cambios profundos en la competencia económica global, en el cual debe insertarse toda reflexión sobre el futuro de la integración regional. En el futuro, operar sobre las realidades –tanto nacionales, como regionales e interregionales-, requerirá en todos los protagonistas, de un gran esfuerzo de innovación y de creatividad, tanto para entender la dinámica y la complejidad de la competencia económica global, como para tener éxito en los respectivos mercados.

En tales comentarios se resaltaron los siguientes puntos:

• La necesidad de repotenciar el valor de la región en la competencia económica global. Su dotación de recursos naturales y la creatividad producto del mestizaje que la caracteriza, son -entre otros- factores que valorizan lo que sus países pueden aportar a un mundo más poblado, más conectado y con pautas de consumo propios de clase media urbana.

• La incidencia de la mayor conectividad entre los países de la región y de estos con el mundo, sobre la competitividad relativa de sus bienes y servicios. Sin perjuicio de otros, en tres planos, muy vinculados entre sí, se observa la necesidad de acentuar la conectividad entre países latinoamericanos y, en especial, con los de otras regiones emergentes. Ellos son el de la conectividad física, la productiva y la cultural.

• El capitalizar las experiencias acumuladas en el desarrollo compartido entre empresas y países latinoamericanos. Un balance de los intentos de integración desarrollados en América Latina, y en sus distintas subregiones, permitiría proyectar con más eficacia las acciones futuras que se encaren para el trabajo conjunto con otras naciones, de la propia región y de otras regiones. Además, permitiría identificar ámbitos institucionales que existen en la región y que no siempre han sido plenamente aprovechados.

Un ámbito institucional que podría ser mucho más aprovechado a fin de avanzar en los tres puntos recién mencionados, es el de la ALADI. Tiene todas las cualidades que permiten conciliar flexibilidad y previsibilidad, como condiciones necesarias para incentivar inversiones productivas en espacios a veces caracterizados por marcadas diversidades.



Con una frase provocadora, en el capítulo introductorio de su reciente libro, Kishore Mahbubani, nos recuerda que “in the early twenty-first century, history has turned a corner, perhaps the most significant corner the humanity has ever turned…”. Y agrega que “a brief comparison of the past 200 years with the previous 1.800 years will provide the answer. From Ad 1 to 1820, the two largest economies were always those of China and India. Only after that period did Europe take off, followed by America. Viewed against the backdrop of the past 1.800 years, the recent period of Western relative over performance against other civilizations is a major historical aberration. All such aberrations come to an end, and that is happening now” (“Has the West Lost It. A provocation?”, Penguin Random House UK 2018).

La cita anterior ilustra sobre la profundidad de algunos de los cambios que hacia el futuro confrontarán al insertarse en el mundo, la Argentina y sus socios en la región latinoamericana. Son cambios que requieren interrogarse, entre otros factores, acerca del desplazamiento de los ejes de la competencia económica global. Países de Asia, de África y de la propia América Latina, adquirirán una creciente relevancia relativa, entre otros factores por el crecimiento de su población y de su producto bruto y, en particular, del poder de compra de sus consumidores de clase media urbana. Imaginar el posible impacto de tal crecimiento sobre la eventual demanda futura de bienes y de servicios, que la Argentina y sus socios regionales podrían estar en condiciones de ofrecer, es entonces un ejercicio muy recomendable.

La reciente reunión de la CAF – Banco de Desarrollo Latinoamericano- en Buenos Aires permitió, entre otros aportes, explorar ideas en torno al impacto que los cambios en la competencia económica global tendrán sobre las estrategias de desarrollo de la región y, en especial, de la de su infraestructura física (ver Conferencia Infraestructura para el Desarrollo de América Latina, 25 y 26 de abril 2018).

Tales ideas fueron abordadas, en especial, en el Panel 4 sobre “Infraestructura para la Integración”. Estuvo centrado, entre otras preguntas en ¿cómo acelerar la agenda de la infraestructura para la integración regional? y sobre ¿cómo ir desde la agenda tradicional a una agenda productiva? El panel lo moderó Victor Rico, Secretario General de la CAF.

Los participantes se refirieron a tres preguntas específicas: ¿desde su punto de vista cuáles son los desafíos más relevantes para agilizar el proceso de integración de integración en América Latina?; ¿qué acciones complementarias recomendaría para acelerar la implementación de la agenda de infraestructura para la integración regional?, y ¿cuáles son las recomendaciones para mejorar la cantidad y calidad de las inversiones en infraestructura para la integración física y funcional en los Corredores de Integración Regionales?.

Rafael Farromeque, especialista senior de la Vicepresidencia de Infraestructura, señaló, en un documento destinado a orientar las presentaciones, que el proceso de integración en América Latina enfrenta múltiples desafíos. Uno de los más relevantes es el desarrollar mecanismos idóneos para agilizar la implementación de proyectos de infraestructura con alto potencial para: i) dinamizar la complementariedad productiva entre países, ii) favorecer la reducción de los costos logísticos en el comercio, iii) promover la convergencia de los actores públicos y privados en torno al desafío de incrementar la productividad, y iv) mejorar la competitividad de las cadenas de valor asociadas al intercambio comercial dentro de la región, y entre ésta y el resto del mundo. Agregó luego que, ante este contexto, se hace ineludible mejorar la cantidad y calidad de las inversiones en infraestructura para la integración física y, a la vez, fortalecer la gobernanza del proceso; mejorar la gestión del ciclo de los proyectos; facilitar el financiamiento y ejecución de inversiones, promoviendo la convergencia de los actores públicos y privados en torno al desafío de incrementar la productividad, y fortalecer la integración funcional.

El mencionado documento agrega que para ello es necesario un salto evolutivo en el entendimiento de la agenda de infraestructura de integración regional, transitando desde un “paradigma unidimensional”, centrado en integración física, hacia un “paradigma multidimensional”, de integración física y funcional. Concluye señalando que este enfoque funcional debe englobar intervenciones sistémicas –infraestructura, servicios, gobernanza- sobre Corredores Logísticos de Integración, que articulen diversos ámbitos de desarrollo (clústeres productivos, ejes de interconexión, pasos fronterizos, áreas metropolitanas, puertos, etc.) mediante el establecimiento de relaciones estables y confiables. Ello implica, como objetivo, el implementar conjuntos de proyectos y acciones simultáneas sobre ámbitos de desarrollo muy concretos.

Nos tocó aportar uno de los comentarios en el mencionado panel. El eje central de estos comentarios se refirió al contexto de cambios profundos en la competencia económica global, en el cual debe insertarse la reflexión sobre el futuro de la integración regional. Cambios, como los mencionados al inicio de este Newsletter, implican reconocer que muchos enfoques, paradigmas y conceptos aplicados en las décadas pasadas al abordaje del fenómeno de la integración económica entre naciones soberanas, en desarrollo y contiguas, se están tornando obsoletos. En el futuro, operar sobre las realidades –tanto nacionales, como regionales e interregionales-, requerirá en todos los protagonistas, de un gran esfuerzo de innovación y de creatividad, tanto para entender la dinámica y la complejidad de la competencia económica global, como para tener éxito en los respectivos mercados.

Articulamos los comentarios en torno a los siguientes tres puntos:

• La necesidad de repotenciar el valor de la región en la competencia económica global. Sin perjuicio de sus conocidos problemas sociales, políticos y económicos, el hecho de que los países latinoamericanos están relativamente lejos de las líneas de principal tensión en el sistema internacional –en el sentido planteado en su momento por Raymond Aron- les da una clara ventaja competitiva con respecto a otras regiones, donde la palabra “guerra” no necesariamente evoca algo obsoleto. Pero, por lo demás, su dotación de recursos naturales y la creatividad producto del mestizaje que caracteriza a la región, son -entre otros- factores que valorizan lo que sus países pueden aportar a un mundo más poblado, más conectado y con pautas de consumo propios de la clase media urbana.

• La incidencia de la mayor conectividad entre los países de la región y de estos con el mundo, sobre la competitividad relativa de sus bienes y servicios. Sin perjuicio de otros, en tres planos, muy vinculados entre sí, se observa la necesidad de acentuar la conectividad entre países latinoamericanos y, en especial, con los de otras regiones emergentes. Ellos son el de la conectividad física, la productiva y la cultural. Un ejemplo lo constituye la inserción de empresas de bienes y de servicios de un país latinoamericano, en encadenamientos productivos que abarquen empresas de otros países de la región, y que aspiren a insertarse en redes productivas más amplias que lleguen con sus productos y sus servicios a los consumidores de otras regiones. La conexión física y la de los respectivos sistemas productivos sería, en tal caso, un factor determinante. Pero también lo será la cultural, en el sentido de tener en el respectivo país, la capacidad para entender y apreciar los valores y preferencias –muchas veces muy diversos- de los socios y, sobre todo, de los consumidores de otros países y culturas.

• El capitalizar las experiencias acumuladas –no siempre exitosas- en el desarrollo compartido entre empresas y países latinoamericanos. Un buen balance de los intentos de integración desarrollados en América Latina, y en sus distintas subregiones, permitiría proyectar con más eficacia las acciones futuras que se encaren para el trabajo conjunto con otras naciones, de la propia región y de otras regiones. Y además permitiría identificar ámbitos institucionales que existen en la región latinoamericana y que no siempre han sido plenamente aprovechados.

Un ámbito institucional que podría ser mucho más aprovechado a fin de avanzar en los tres puntos recién mencionados, es el de la ALADI. Una simple lectura del Tratado de Montevideo de 1980, y en especial de sus disposiciones referidas a las distintas variantes de “acuerdos de alcance parcial”, permite apreciar todo el potencial no plenamente aprovechado de ese marco institucional. Tiene todas las cualidades que permiten conciliar flexibilidad y previsibilidad, como condiciones necesarias para incentivar inversiones productivas en espacios a veces caracterizados por marcadas diversidades.

Es el mencionado un marco institucional apropiado para llevar adelante la idea estratégica de la “convergencia en la diversidad”, tal como la han impulsado en su momento, entre otros, los países de la Alianza del Pacífico y los del Mercosur. Por lo demás, en el último párrafo del preámbulo de Tratado de Montevideo de 1980, y no casualmente, se hace referencia explícita a la “Cláusula de Habilitación”, que fuera aprobada por iniciativa latinoamericana, en la Rueda Tokio justo un año antes de su firma. Tal Cláusula sigue vigente entre países en desarrollo, y permite diseñar, con flexibilidad, acuerdos productivos multinacionales compatibles con el “principio de no discriminación”, que sigue siendo -hasta el presente- una regla central en el sistema multilateral de comercio.


Sección de lecturas recomendadas

➢ Bejar, María Dolores, “Historia del siglo XX. Europa, América, Asia, África y Oceanía”, Siglo XXI, Buenos Aires 2015.

➢ Bremmer, Ian, “US vs. Them. The Failure of Globalism”, Portfolio – Penguin, Random House, New York 2018.

➢ Carter Hett, Benjamin, “The Death of Democracy. Hitler’s Rise to Power and the Downfall of the Weimar Republic”, Henry Holt and Company, New York 2018.

➢ Comey, James, “A Higher Loyalty. Truth, Lies, and Leadership”, Flatiron Books, New York 2018.

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➢ Hamilton, Clyve, “Silent Invasion. China’s Influence in Australia”, Hardie Grant Books, London 2018.

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➢ Jaskoski, Maiah; Sotomayor, Arturo; Trinkunas, Harold A., (eds), “American Crossings. Border Politics in the Western Hemisphere”, John Hopkins University Press, Baltimore 2015.

➢ Krastev, Ivan, “Democracy Disrupted. The Politics of Global Protest”, PENN – University of Pennsylvania Press, Philadelphia 2014.

➢ Lester, Simon; Manak, Inu, “Reparando el déficit institucional del NAFTA”, ICTSD, Puentes, Volume 19, Number 1, Geneva 22 March 2018, en https://es.ictsd.org/bridges-news/puentes/news/reparando-el-d%C3%A9ficit-institucional-del-nafta.

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➢ Rosling, Hans, with Rosling Ola and Rosling Rönnlund, Anna, “Fact Fullness. Ten reasons we’re wrong about the world – and why things are better than you think”, Sceptre, UK 2018.

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➢ Shriver, Mark K., “Pilgrimage. My Search for the Real Pope Francis”, Random House, New York, 2016.

➢ Snyder, Timothy, “The Road to Unfreedom. Rusia – Europe – America”, The Duggan Books, New York 2018.

➢ Stiglitz, Joseph E, “La confusión comercial de Trump”, diario “El País”, Sección Negocios, Domingo 24 de abril de 2018, en https://elpais.com/economia/2018/04/18/actualidad/1524064624_672168.html.

➢ Tenner, Edward, “The Efficiency Paradox. What Bid Data Can’t Do”, Alfred A. Knopf, New York 2018.

➢ Trump, Donald with Tony Schwartz, “Trump. The Art of the Deal”, Arrow Books The Penguin Random House, London 2016.

➢ Trump, Donald, “Great Again. How to Fix Our Crippled America”, Threshold Editions, New York, 2016.

➢ Weisbrot, Mark, “Failed. What the “Experts” Got Wrong About the Global Economy”, Oxford University Press, New York 2015.

➢ Wübbeke, Jost; Meissner, Mirjam; Zenglein, Max J.; Ives, Jacqueline; Conrad, Björn, “Made in China 2025. The making of a high-tech superpower and consequences for industrial countries”, Mercis – Mercator Institute for China Studies, Papers on China, N| 2 – Berlin - December 2016, en http://merics.org/sites/default/files/2017-09/MPOC_No.2_MadeinChina2025.pdf.

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(*) Director del Instituto de Comercio Internacional de la Fundación ICBC; Director de la Maestría en Relaciones Comerciales Internacionales - Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF); Miembro del Comité Ejecutivo del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI). Miembro del Brains Trust del Evian Group.

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