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Brasil-China, entre la cortina de hierro digital y la disputa por las narrativas

De FUNDACION ICBC | Biblioteca Virtual

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Emiliano Galli, Trade News, 20 de abril de 2023

La misión oficial de Lula y su delegación de empresarios a China puso sobre la agenda no sólo la intención de Brasil de retomar protagonismo en el concierto internacional sino, además, la vocación de China por posicionar el yuan no sólo como reserva de valor sino como moneda de cambio en el comercio.

Este es el marco contextual para comprender el alance del acuerdo entre ambos socios comerciales para integrar a las monedas locales -el real y el yuan- en los intercambios de bienes y servicios bilaterales. El 18% del comercio internacional de China se realizó en Yuanes durante 2022, de acuerdo con The National News y Caixin Global. En 2016, el volumen transado por China en su moneda local representaba el 11,5% del volumen total de bienes, según describió Reuters.

Donde mayor protagonismo tiene el Yuan es en el comercio transfronterizo: el año pasado se pagaron y cobraron operaciones en moneda local por un valor equivalente a los 6,1 billones de dólares, es decir, un 15% a lo realizado en 2021.

Puro simbolismo

Para Esteban Actis, doctor en Relaciones Internacionales de la Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de Rosario, el acuerdo entre Brasil y China “tiene un impacto simbólico muy fuerte por el volumen del comercio: más del 30% de las exportaciones brasileñas van a China”.

En un contexto político internacional influenciado por las sanciones impuestas por Estados Unidos a Rusia y Arabia Saudita, “y ante el temor de nuevas sanciones a China, es donde hay que interpretar esta intención de China de desdolarizar gran parte de su comercio exterior”, agregó.

El académico avaló que “hay un avance global por intentar dejar al dólar de lado”. No obstante, fue también tajante en que “los movimientos todavía no son muy claros al respecto”.

Cautela

“Las reservas de Brasil -continuó- alcanzan los 320.000 millones de dólares. El 80,4% está en dólar, el 5,3% en yuanes y el 4,7% en euros. El dato es que en 2022 el yuan desplazó al euro, pero el dólar sigue siendo la reserva de valor”.

“Yo sería cauteloso al hablar de desdolarización”, ahondó.

No obstante, dos puntos le llamaron la atención respecto del viaje de Lula: el primero es si Lula firma finalmente su inclusión en la Ruta de la Seda (BRI, en inglés) de China, y el segundo es el impacto de la visita en la política industrial de Brasil.

“Brasil y México, responsables del 60% del PBI latinoamericano, son los únicos dos de los 20 países de la región que no firmaron el acuerdo. Si Brasil ingresa, tiene un impacto geopolítico y también simbólico: ya tiene vínculos financieros y comerciales de peso con China y, por su tamaño, entrar al BRI no le mueve el amperímetro en materia de inversiones”, reflexionó Actis.

Semiconductores

El segundo punto, en cambio, es más visible e inmediato en cuanto a impacto.

“El tema a seguir es la política industrial brasileña y cómo consigue financiamiento en un contexto de fragmentación de las cadenas globales de valor sobre todo en un industria puntual, como la de semiconductores. Lula visitó Huawei con la intención de conseguir financiamiento para Ceitec, una empresa brasileña de semiconductores de valor agregado medio”, indicó Actis.

“Pero esto se da en un contexto en que Estados Unidos, a través del Chip and Science Act, también mostró disposición a financiar, vía nearshoring, los semiconductores brasileños”, reflexionó.

“Si hay una dimensión rígida en la disputa entre Washington y Beijing es la tecnológica, siendo semiconductores la madre de toda las batalla en la cortina de hierro digital”, dijo Actis, en su artículo Brasil y el “momento Volta Redonda”, publicado en Suma Política.

Inestabilidad

Por su parte, la investigadora del Conicet y doctora en Relaciones Internacionales, Julieta Zelicovich, puntualizó que esta misión “se dio en un contexto de alta inestabilidad política internacional y de tensiones entre Estados Unidos y China, y con un objetivo firme de Brasil de volver a proyectarse en el mundo con un rol destacado luego de una década de poco liderazgo entre el gobierno de (Jair) Bolsonaro y el impeachment de Dilma (Rousseff)”.

Para la especialista en política exterior argentina y economía política internacional, este contexto “explica la grandilocuencia de las declaraciones de Lula: hay un componente de disputa de narrativas, y una intención de Brasil de ver si tiene la capacidad o no de setear la agenda”.

“El acuerdo de monedas locales no es el primero ni el único”, destacó Zelicovich, tras recordar que “hay uno en el Mercosur que tuvo poco impacto”.

Incapacidad

Para la académica, estos acuerdos “son instrumentos de política monetaria y comercial, que no han demostrado tener la capacidad de alterar la predominancia del dólar: del total del comercio exterior chino el que se hace en moneda local ronda el 20%”.

Aún así reconoció que estamos ante un “esfuerzo por diversificar riesgos con una motivación económica, pero adjudicándole al riesgo político la causa económica”.

“Esto es más una disputa de narrativas y por ganar visibilidad que decisión que vaya a modificar los canales y el volumen del comercio bilateral China y Brasil. Basta buscar estadísticas de comercio internacional en monedas locales para ver la primacía del dólar, su trayectoria y sostenibilidad”, concluyó Zelicovich.

Real-Yuan: desdolarizar el comercio, uno de los objetivos de la visita de Lula a China

Lula visitó China, el principal mercado para las exportaciones brasileñas durante los últimos 14 años, y analizó junto con su par Xi Jinpung nuevas vías para incrementar el comercio bilateral.

Durante cuatro días, la delegación presidencial -integrada por más de 200 empresarios y una treintena de funcionarios- exploraron cómo diversificar las exportaciones principales (soja y mineral de hierro).

Brasil y China son dos mercados altamente complementarios que, en 2022, incrementaron su comercio en un 8% por un valor récord de US$ 171.500 millones.

Brasil no sólo es el máximo proveedor de soja, azúcar y carne aviar de China -amén de los embarques de maíz y carne vacuna- sino que también fue uno de los principales receptores de la inversión extranjera china en 2021 de acuerdo con datos consolidados: concentró un récord de 13,6% de los flujos extranjeros directos de la mano de inversiones en la red eléctrica y en la actividad petrolera.

Acuerdo de pagos

El fortalecimiento de esta relación se buscó consolidar con la firma de un acuerdo, a fines de marzo, mediante el cual ambos países procurarán liquidar las transacciones comerciales en monedas locales. Este mecanismo que, a priori, busca abaratar las transacciones dejando al dólar norteamericano de lado, necesita de una aceitada infraestructura financiera que contempla el entendimiento entre ambos bancos centrales y la confianza no sólo de la banca privada, sino de las propias empresas.

“Se trata de una jugada geopolítica”, reflexionó el economista y ex minsitro de la Producción Dante Sica, tras una consulta de Trade News sobre el impacto de este acuerdo puntual.

“China empezó en los 2000 a tratar de imponer el yuan como moneda de reserva internacional. Su moneda estaba excluida de los grandes organismos financieros internacionales y tenía poca participación en el FMI. Entonces, como parte de su estrategia de inserción en América Latina a partir del comercio, inversiones y luego con el Swap, buscó ir metiendo al yuan como un eslabón más en una cadena de posicionamiento económico, financiero y geopolítico como hizo en África”, explicó.

Definición

Según Sica, la movida de Lula busca empezar a “definir” su perfil porque, tras 100 días de presidencia, “no está dando las señales esperadas, no controla (la Cámara de) Diputados y todo lo que hace con los programas sociales lo está haciendo por decreto” y, es en este contexto, que busca además “reposicionar a Brasil en un área que se había abandonado en los últimos años”.

De todas maneras, Sica advierte sobre una cuestión donde la geopolítica y los negocios se yuxtaponen: “De Ecuador para abajo, América latina depende más del ciclo de Asia que de Estados Unidos. China sigue siendo un gran comprador de materias primas y Brasil está expandiendo fuertemente su frontera agrícola”.

-¿Cómo se instrumenta un sistema de pagos en monedas locales a nivel empresa?

-Tenés que tener un banco chino y alguno brasileño que abra cuentas de operadores de ambos lados. Cuando hay una importación desde China, se paga en reales y el banco del importador manda una emisión para que su contraparte pague en yuanes al exportador. Al final del día, los bancos centrales compensan.

-¿Visualizás algún impacto con la Argentina?

-Nada. Argentina primero tiene que resolver sus problemas y luego ver qué oportunidades tiene en el mapa geopolítico mundial.

Objetivo de larga data

Ernesto Fernández Taboada, director ejecutivo del Consejo Argentino Chino, recordó que el acuerdo firmado entre Brasil y China “es un objetivo buscado desde hace tiempo, porque evitar pasar por el dólar es conveniente para ambas partes”.

“Cuando una empresa china le vende a una empresa de otro país en dólares debe tomar un seguro de cambio, y eso crea un costo adicional que, aunque pequeño, es un costo. Y en una época donde las monedas fuertes, como el dólar, sufren variaciones en su cotización al compás de los conflictos bélicos, las epidemias, etc., parece que la decisión tomada por ambos países es lógica”, explicó Fernández Taboada.

Luego, están los factores de poder: “China quiere que su moneda tenga una mayor circulación a nivel internacional. Siendo la segunda potencia mundial, y en crecimiento, tiene mérito suficiente para buscar el mejor posicionamiento para sus yuanes en el comercio mundial”, añadió el ejecutivo de vasta trayectoria en las relaciones comerciales bilaterales con China.

Antecedentes en la Argentina

Fernández Taboada abre apenas la puerta a que la Argentina “mire con interés la decisión” y que “empiecen a estudiar el tema”, aunque también advierte que el país está “muy condicionado por su deuda externa en dólares”.

Sin embargo, subrayó que “hace algunos pocos años se han concretado algunas operaciones de compra de productos chinos pagaderos en yuanes, aunque fueron pocas operaciones. El hecho de que exista en la Argentina una importante sucursal de un gran banco chino facilita estas operaciones, ya que no todos los bancos que operan en comercio exterior tienen yuanes”.

China es el segundo socio comercial de la Argentina, después de Brasil. El intercambio bilateral fue de aproximadamente US$ 25.000 millones en 2022. “Ameritaría considerar la posibilidad (del pago en monedas locales) cuando nuestra economía alcance mayor solidez”, puntualizó el director del Consejo Argentino Chino.

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