Un acuerdo para los tiempos que corren
De FUNDACION ICBC | Biblioteca Virtual
Amador Sánchez Rico*, Blog Fundación Foro del Sur, 13 de marzo de 2025
El 6 de diciembre de 2024, la Unión Europea (UE) y el Mercosur anunciaron la conclusión de negociaciones entre los dos bloques. El anuncio fue recibido con entusiasmo y alivio por unos, y con un sentimiento de déjà vu por otros. Estos últimos recordaron un cierto día 29 de junio de 2019, cuando los entonces líderes de la Unión Europea y de los cuatro países del Mercosur concluyeron negociaciones para un acuerdo comercial. Pero en vez de seguir con la firma y entrada en vigor del acuerdo, el proceso pasó al freezer por tres años, para ser revitalizado en 2023. Gracias a esta nueva ronda de intercambios, en diciembre de 2024 las partes pudieron anunciar que llevaron su acuerdo al siguiente nivel, al convenir nuevos compromisos en materia de sostenibilidad. Un acuerdo que, según las palabras de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, “es bueno para todos, y aportará importantes beneficios a los consumidores y las empresas de ambas partes. Buscamos la equidad y el beneficio mutuo”.
Llegar a este momento requirió a las dos partes pasar por un camino largo y sinuoso, superando varios obstáculos hasta que las estrellas y los objetivos políticos se alinearan.
Tras 25 años de negociaciones, este acuerdo llega en un momento crítico para ambas partes, en un contexto geopolítico complejo que se caracteriza por cambios rápidos y dónde los socios confiables se valoran cada vez más. Asegurar nuevos acuerdos de asociación con socios confiables es esencial para la seguridad económica y la resiliencia de la UE, y confirma su apuesta a los mercados y el comercio abierto –que están en nuestro ADN– en un mundo que se pone más proteccionista y transaccional. Además, este acuerdo conecta a dos bloques de países democráticos, que comparten valores como el respeto por los derechos humanos y el Estado de Derecho; en nuestro mundo actual es esencial fortalecer y profundizar lazos entre regiones que tienen tanto en común.
Si bien la dimensión geopolítica es muy relevante, este acuerdo también brinda a la UE una enorme oportunidad económica: es el primer acuerdo de comercio integral del Mercosur con socios globales, y desbloquea nuevas oportunidades para el comercio y la inversión, al tiempo que brinda a las empresas de la UE una ventaja competitiva en la región del Mercosur.
Tras crear la zona de libre comercio más grande del mundo, con casi 800 millones de consumidores, el acuerdo apoyará el crecimiento económico, impulsará la competitividad y reforzará la resiliencia de ambas partes, abriendo oportunidades comerciales y de inversión. El acuerdo creará nuevas oportunidades eliminando aranceles a menudo prohibitivos sobre las exportaciones de la UE al Mercosur, y en el proceso ahorrará a las empresas de la UE derechos por valor de 4.000 millones de euros al año, y beneficiando a sectores clave como el automovilístico y el farmacéutico, quesos y otros productos lácteos, vinos, licores, chocolates, prendas de vestir y calzado. Cabe destacar que en pos de alentar la modernización de la industria del Mercosur y para fortalecer su competitividad, la baja y eliminación de aranceles del lado de los países del Mercosur se llevara adelante de manera gradual, con períodos de transición de hasta 15 años, dependiendo del sector.
El acuerdo también garantizará preferencias comerciales en sectores industriales estratégicos de cero emisiones netas, como las tecnologías de energías renovables y los combustibles hipocarbónicos –sectores en los que Argentina tiene un potencial importante–. Proporcionando seguridad jurídica a los inversores y facilitando las inversiones de la UE en cadenas de valor locales, este acuerdo ayudará a la UE a tener acceso continuo a materias primas críticas y cadenas de suministro clave y a reducir las dependencias estratégicas, complementando en el proceso los acuerdos sectoriales que ya tenemos con Argentina, una de las potencias mineras más importantes del mundo en los ámbitos de metales para baterías y materias primas críticas.
El acuerdo comercial es también un activo para los agricultores europeos ya que tiene compromisos equilibrados para garantizar que esta asociación no afecte negativamente la competitividad de los agricultores europeos. Contribuirá a aumentar las exportaciones agroalimentarias de la UE, y protegerá al mismo tiempo los sectores sensibles. El acuerdo respeta las normas de la UE en materia de salud animal y seguridad alimentaria –otra preocupación mayor de la parte europea–. El acuerdo también protegería aproximadamente 350 de las indicaciones geográficas (IG) de la UE en el mercado del Mercosur; el mayor acuerdo de la UE en lo que respecta a las IG, cuyo precio de venta es entre 2 y 3 veces más caro que el de los productos habituales.
El acuerdo representa un hito importante en la lucha contra el cambio climático, con compromisos firmes, específicos y mensurables para detener la deforestación. Lograr estos compromisos –vinculantes para ambos lados– fue el objetivo clave para la UE en esta última fase de las negociaciones, respondiendo a las preocupaciones formuladas por la ciudadanía europea y sus representantes en el Parlamento Europeo, sobre todo vinculadas a la pérdida de biodiversidad en el Amazonas.
El acuerdo eleva el nivel de los compromisos en materia de sostenibilidad entre la UE y el Mercosur mediante la inclusión del Acuerdo de París como un elemento esencial de la relación entre la UE y el Mercosur, y compromisos claros y ejecutables en materia de desarrollo sostenible, incluidos los derechos laborales y la sostenibilidad en la gestión y conservación de los bosques. También se prevé un papel activo para las organizaciones de la sociedad civil de ambos lados a la hora de evaluar la aplicación del acuerdo, teniendo en cuenta las cuestiones relacionadas con los derechos humanos o el medio ambiente.
La conclusión política celebrada el día de San Nicolás no es el final del camino. Del lado de la UE, el texto debe pasar por un proceso que incluye su traducción a todos los idiomas oficiales de la UE y luego se presentará al Consejo y al Parlamento Europeo para su escrutinio en el contexto de los procedimientos de ratificación de la UE. Mientras tanto, la tarea esencial puertas adentro (y afuera) de la UE es seguir proporcionando información sustantiva y objetiva sobre el acuerdo, incluidos sus beneficios y su importancia geopolítica y económica. Que el debate y la decisión se hagan en base de hechos y no de mitos.
- Amador Sánchez Rico es Embajador de la Unión Europea en Argentina.