Raúl Ochoa 2015
De FUNDACION ICBC | Biblioteca Virtual
Artículos y notas
Políticas públicas para el comercio exterior
Revista Container, 1 de septiembre de 2015
La situación internacional tiende a deteriorarse con rapidez, la ausencia de coordinación entre bloques y países centrales desde el punto de vista monetario y cambiario, está llevando a una nueva posibilidad de recaída en la crisis global iniciada en el 2008 y nunca resuelta definitivamente.
Las señales en ese sentido son preocupantes y su exteriorización más evidente son las oscilaciones de las monedas relevantes, la fuerte caída en valor del comercio internacional impulsada no sólo por la reducción de los precios de las commodities, sino también por el menor valor de las transacciones de los bienes manufacturados que son más de 2/3 del comercio de bienes y las dificultades de la economía china, para su tránsito del impulso del crecimiento basado en las exportaciones y la inversión en infraestructura y la construcción, a otro liderado en el consumo interno y los servicios.
Resulta paradójico que un proceso de creciente globalización, donde las cadenas globales de valor (CGV) representan medidas en insumos y servicios un porcentaje no menor del 60 % del comercio mundial y donde a su vez se intenta avanzar en mega-acuerdos regionales de comercio, como el TTIP entre Estados Unidos y la Unión Europea o el TPP entre Estados Unidos, Japón, Australia, N. Zelanda, Brunei, Canadá, Méjico, Perú, Chile, Malasia, Vietnam y Singapur, no hay consultas acerca de los diversos impactos de las diferentes políticas monetarias y cambiarias, a pesar de la existencia del G-20 que agrupa a un número significativo y decisivo de países desarrollados y emergentes.
Esto ha llevado a una desordenada cadena de movimientos de apreciación y depreciación de las monedas, que teniendo por una parte al dólar en proceso de apreciación, al euro y al yen en sentido inverso y al yuan chino que si bien se había apreciado por mejora de sus términos de intercambio – menor precio y valor de sus importaciones de commodities – decidió en medio de este confuso cuadro, liberar mas su tipo de cambio para acercar sus cotizaciones on shore y off shore, permitiendo su caída de valor en un intento explícito de avanzar hacia su transformación en una moneda de alcance internacional, pero que al no estar coordinado agregó un factor más de incertidumbre en mercados ya de por sí muy sensibilizados.
La Argentina ha quedado extremadamente expuesta, porque al continuar apreciando su moneda en un contexto internacional como el descripto, sin reservas de divisas apreciables – descontando las deudas de importaciones impagas y otros conceptos de la balanza de rentas en la misma situación – más un balance comercial cosméticamente equilibrado, pero profundamente deficitario dado el escaso valor de las exportaciones en franca caída, es evidente que hacia e futuro inmediato, pasadas las elecciones, se requerirán medidas de excepción para retornar a un nivel de equilibrio, que permita sostener la actividad y el empleo.
Es en este sentido, que resulta imprescindible acordar un programa mínimo que recree las posibilidades de volver a crecer exportando – lo que a su vez implique la posibilidad de importar – en condiciones competitivas y que atraiga nuevas inversiones para aumentar la oferta de bienes y servicios, sobretodo habida cuenta que mas allá de quien resulte ganador no tendrá mayorías en las cámaras legislativas y por lo tanto resultará imprescindible lograr amplios consensos para la gobernabilidad.
Dado el contexto internacional, la baja de los precios de nuestros principales productos exportables, la gravísima situación de diversas economías regionales y ante la posibilidad de abandono del esfuerzo de muchas empresas exportadoras sobretodo pymes, sólo la elaboración de políticas de corto y mediano plazo a través de acuerdos programáticos amplios, permitirán reconstruir la confianza para generar nuevas oportunidades, aprovechando nuestro potencial actualmente subutilizado.
Aún así, el camino a recorrer va a ser muy difícil y plagado de escollos, pero alertas y conscientes de la realidad serán superables, de otra manera correremos serios riesgos de repetir viejos errores.
China: es la moneda,no el comercio
La Nación, Suplemento de Comercio Exterior, 25 de agosto de 2015
En medio de la incertidumbre que prima en la economía mundial, se multiplicaron las especulaciones respecto de la política del gobierno chino; qué indica el análisis de los números del gigante asiático, la evolución de su tipo de cambio y del comercio.
Por la trascendencia de China, lo sorpresivo del movimiento y por la incertidumbre que reina en la economía mundial, la devaluación del yuan trajo aparejado una montaña de comentarios con las más diversas explicaciones. Una que concitó la corriente mayoritaria de opiniones señalaba que las autoridades chinas preocupadas por la pérdida de dinamismo de su comercio exterior y la salida de capitales, luego de la muy fuerte caída de las bolsas chinas, estaba intentando recuperar la iniciativa y a su vez moderar la baja del nivel de actividad interna, apoyándose en mayores exportaciones; como datos indicaban la baja de embarques de julio y una salida de capitales de alrededor de 300.000 millones de dólares.
Hace tiempo, en 2013, el actual gobierno en sus ya famosas directivas indicaba el cambio de impulso para el crecimiento de China pasando de un modelo basado en el dinamismo de las exportaciones y de las inversiones -infraestructura y construcción de viviendas- a otro centrado en el mercado interno, los servicios, la tecnología y la inversión china en el exterior, enfatizando la necesidad de igualar, cómo mínimo, lo que ese país recibía de inversiones extranjeras con lo que las firmas chinas deberían a su vez llevar a cabo en el exterior.
De hecho, el comercio exterior chino viene mostrando un menor dinamismo desde 2013 en adelante pero debe tenerse muy en cuenta que ese país se ha visto fuertemente beneficiado por la caída de los precios de las commodities -parte importante de sus importaciones- mientras los de sus exportaciones se mantenían y por lo tanto en el período abril/abril 2014-2015, su moneda se apreció 12,3% pero debido en su totalidad a la mejora de los términos de intercambio, aspecto que se observa con claridad en cómo evolucionó su comercio vis a vis el resto del mundo.
En los primeros cinco meses de 2015 comparados con el mismo período de 2014, el comercio mundial decreció en valor 11,4 por ciento: la Unión Europea tuvo una caída de 15,6%, Estados Unidos, -5,3%; Asia (sin China), -8,7 %, mientras que China creció 0,5 % en exportaciones e importó 17,3 % menos. Dicho en otras palabras, el saldo favorable comercial chino aumentó de US$ 72.000 millones en los primeros 5 meses de 2014 a US$ 217.000 millones en el mismo período de 2015. Mientras que en los primeros 7 meses de 2015, el superávit comercial llegó a US$ 302.000 millones, cuando en el mismo lapso de 2014 esa cifra fue de US$ 154.000 millones.
Es el único país cuyo saldo comercial está creciendo tan significativamente, en un período donde el achicamiento del comercio mundial es grave y persistente, tal como explicara en un artículo anterior. Por lo tanto la explicación basada en que en julio bajaron las exportaciones no se fundamenta ni en la política china que no toma decisiones mes por mes, ni tampoco porque la salida de US$ 300.000 millones haya afectado su acumulación de reservas cuando sigue sumando saldo crecientes de balance comercial, ahora por menores importaciones.
La evolución de su tipo de cambio ha seguido la evolución del dólar, pero por razones diferentes: el dólar por la finalización del Quantitive Easing y el anuncio de la tasa de interés y China por términos de intercambio, como se observa en el cuadro precedente.
Si no fue consecuencia del comercio ni de la pérdida de capitales, ¿que llevó a las autoridades chinas a devaluar su moneda 5% en varios días? La explicación hay que encontrarla en la decidida actitud de lograr en el menor plazo posible transformar al yuan en una moneda de alcance mundial y para ello era y es imprescindible abrir paulatinamente el movimiento de capitales, acercar las cotizaciones de la moneda china hasta confluir en una sola entre el continente y Hong Kong, lograr un acuerdo con el FMI para introducir esta moneda en el DEG (Derechos Especiales de Giro) e ir liberando paulatinamente el mercado cambiario para lograr un nuevo nivel de equilibrio.
La mayor velocidad impresa a estas decisiones tiene que ver con acelerar la transformación de China en un global player, ya no en la fábrica del mundo, y avanzar hacia nuevas fronteras en tecnología, conocimiento y management. El tránsito hacia lo interno está resultando muy complejo y requiere lograr un amplio posicionamiento internacional que le de sustento. Veremos en el futuro cercano "muchas rutas de la seda" en diversas regiones.
Comex Argentino, desafiando las enseñanzas
Revista Container, 12 de agosto de 2015
Si un país se encuentra en el área de influencia del dólar – aunque quizás algunos preferirían el yuan – y este se aprecia en forma importante en un período breve, si los precios de la canasta exportadora caen, mientras los de importación se mantienen y por lo tanto los términos de intercambio desmejoran y simultáneamente el principal socio comercial – Brasil – deprecia su moneda en términos reales (por encima de su inflación alrededor de 8% anual) que debería esperarse de las autoridades económicas – sabiéndose además un país pequeño en el orden mundial 0,6 % del PBI – 0,4 % del COMEX – que como mínimo siguieran los pasos de los EEUU, pero a la inversa, agregando un estimación tendencial de la pérdida de los términos de intercambio, de manera tal que los productores tengan un aliciente para seguir con los volúmenes alcanzados previamente y el país continúe percibiendo el flujo de fondos externos necesario para sus importaciones y además genere ingresos indispensables para poder continuar la política de “desendeudamiento”.
Nada de esto ha pasado, todo lo contrario, somos el país de la muestra que más ha apreciado su moneda en términos reales en el último año (abril 2014-abril2015): 21.2 % y como Brasil hizo lo contrario depreció 14.2 % ello implica que un breve período de tiempo se ha acumulado una diferencia de cambio efectivo desfavorable para la Argentina (a favor de Brasil) del 38 %.
Esto implica que a los problemas de apreciación que ya veníamos acumulando desde años anteriores, ahora se le agregado un factor adicional, que es la apreciación del dólar que aunado a la menor actividad de China, complica aún más nuestra competitividad internacional.
En la medida que van pasando los meses y se sigue con una decidida política de ajuste del tipo de cambio oficial por debajo de la tasa de inflación y de los ajustes salariales, cada vez más los productores/exportadores encuentran dificultades crecientes para mantener su actividad y son las economías regionales las que más se resienten habida cuenta que no tienen dónde colocar su producción y de hecho hay casos donde ya no vale la pena levantar lo cosechado, porque incurrir en esos costos, implican mayor quebranto. Esto se puede observar en peras y manzanas donde se están vendiendo a precio de liquidación en las cadenas de supermercados, embolsadas al vacío, frutas originalmente destinadas a la exportación.
Reflexionando sobre esta situación, se llega a la conclusión que mientras se gastan dólares para ahorro, con el objetivo de mantener dentro de cierta brecha la diferencia existente entre dólar a cambio oficial y el paralelo o blue, las exportaciones están cayendo a los niveles existentes en la crisis financiera del 2009 y por lo tanto, cada vez hay menos dólares genuinos para adquirir imprescindibles importaciones, inclusive las necesarias para destinarlas con cierto grado de transformación a su futura exportación. Resumiendo: Contra todas las enseñanzas de nuestro propio pasado y de las derivadas del conocimiento sobre el funcionamiento del comercio internacional, se está atrasando el tipo de cambio oficial, mientras se emite dinero sin freno alguno, para mantener la ilusión monetaria un tiempo más.
El socio asiático avanza, el bloque regional hiberna
Perfil.com, 22/05/2015
El viaje a América del Sur del primer ministro chino y su visita a Brasil, Colombia, Perú y Chile se inscribe en la ofensiva de inversiones, créditos y afianzamiento de su estrategia geopolítica de ocupar espacios, sacando provecho de la enorme acumulación de reservas de su etapa anterior de desarrollo, donde obtuviera saldos muy favorables de su balance comercial y de la balanza de cuenta corriente hasta llegar a 3,8 billones de dólares.
La actual etapa es diferente en varios sentidos, pero uno de los más destacados es la creación de vínculos bilaterales, regionales y multilaterales a través de bancos, el de BRICS que comienza a funcionar este año, el de Infraestructura para el Desarrollo de Asia que ha dejado en soledad a Estados Unidos y Japón y el de la “nueva ruta de la seda”, que es por tierra y mar, atravesando el Océano Índico para llegar al puerto del Pireo (Grecia) que es de su propiedad. En América del Sur, hay un socio preeminente, Brasil, destino ya de un sinnúmero de inversiones –11 solamente de terminales automotrices- y de créditos especialmente vinculados al petróleo y a las energías renovables. En este viaje se reafirma esta visión con proyectos por el orden de los US$ 53.000 millones. Entre ellos destaca, por su envergadura la construcción del ferrocarril que uniría el Atlántico con el Pacífico; un fondo bilateral de inversiones con recursos chinos por US$ 20.000 millones para el desarrollo en siderurgia, vidrios, material de construcción y bienes industriales, y la implementación de un mecanismo para el pago del comercio bilateral en moneda local. La gira tiene por objeto también reforzar la presencia china, que ya tiene tratado de libre comercio con dos de los tres países, y de paso observar el proceso de la Alianza del Pacífico y su posible incorporación al Tratado de Preferencias liderado por EEUU y donde China no participa. Mientras tanto, el Mercosur como bloque regional observa el despliegue chino, la profundización de la relación bilateral con Brasil e hiberna, cuando lo mínimo sería tener por lo menos en lo relativo a China y sus claros pasos, para definir una integración física determinada y una posición dominante en la región, evaluar conjuntamente que nos conviene a nosotros y responder así a los retos del presente y del futuro. --