Félix Peña - Publicaciones 2018
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Newsletters de Comercio Internacional
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AGENDA 2019 DEL COMERCIO INTERNACIONAL DE LA ARGENTINA. Entender las diversidades culturales en el mundo actual es una cuestión relevante.
Diciembre 2018
Para la Argentina, su papel como país miembro del G20 continúa tras la Cumbre de Buenos Aires. En lo inmediato por ser parte durante el 2019 de la troika, junto con Japón y Arabia Saudita. En ella puede aportar su reciente experiencia de gestión del proceso de diálogo y, en muchos casos, de construcción de los consensos necesarios. En segundo lugar por haber podido apreciar en el desarrollo del G20 del 2018, que el país puede tener un papel eficaz en el diálogo orientado a construir consensos sobre cuestiones relevantes de la agenda global. Y en tercer lugar, por el hecho no menor que a nuestro país y a nuestra región, les conviene participar en la construcción de una nueva gobernanza global, que esté ajustada a las realidades actuales de un mundo en el que todos los protagonistas -no sólo los muy grandes- tienen múltiples opciones en sus estrategias de inserción internacional.
Varias cuestiones novedosas se destacan en la agenda 2019 sobre las prioridades para el comercio exterior argentino. Tienen que ver con la necesidad de actualizar estrategias de proyección al mundo de bienes y servicios, que el país esté en condiciones de producir con calidad y eficacia, en base a ventajas competitivas y, en especial, de la dotación de recursos naturales, talentos y creatividad, y de la diversidad de su desarrollo industrial y tecnológico.
Es una renovación que resulta necesaria a la luz de una visión, siquiera superficial, de los cambios que se están operando en los últimos tiempos en el plano global y en el entorno regional latinoamericano. Son cambios, por lo demás, que tornan más intensa la interacción entre las diversas culturas que caracterizan países y regiones y, por ende, el comercio internacional. Entender el alcance y efecto de las diversidades culturales, con su impacto en prioridades y preferencias de ciudadanos y consumidores, está siendo cada vez más un factor crucial para asegurar la competitividad internacional de un país y de sus empresas.
Las principales cuestiones a incluir en la agenda 2019 del comercio exterior argentino son: en el plano global, entender e incidir en la necesaria renovación del sistema multilateral del comercio mundial, institucionalizado en la OMC y, a la vez, lograr la vinculación del país con la creciente red de acuerdos comerciales preferenciales de alcance regional e inter-regional; en el plano regional latinoamericano, tener una participación activa en la adaptación del Mercosur a nuevas realidades del comercio mundial, incluyendo la necesaria articulación entre sus países miembros y los de la Alianza del Pacífico, y el pleno aprovechamiento de todo el potencial del Tratado de Montevideo de 1980 (ALADI), y en el plano nacional, el lograr un efectivo desarrollo de la estrategia incluida en el programa "Argentina Exporta", lanzado en octubre pasado por el gobierno nacional a través del Ministerio de la Producción.
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¿UNA RENOVACIÓN NECESARIA EN LA CONSTRUCCIÓN DEL MERCOSUR? Ideas en torno al posible desarrollo de una nueva etapa en su construcción
Noviembre 2018
La idea de encarar la renovación de las metodologías empleadas en la construcción del Mercosur no es algo nuevo, ni se ha instalado sólo recientemente en sus países miembros. Reconocer la necesidad de tal renovación no necesariamente implica, por lo demás, cuestionar la propia existencia de este proceso de integración entre países sudamericanos.
Al concluir el reciente proceso electoral en el Brasil, se ha abierto una oportunidad para encarar por mutuo acuerdo entre los socios, la conveniente renovación en las metodologías que se aplican para la construcción del Mercosur. La idea de trabajar juntos preserva toda su vigencia. O al menos no se está planteando ninguna opción razonable.
En los casi treinta años transcurridos desde el inicio de la construcción del Mercosur, muchos cambios se han producido en el contexto internacional y en el regional latinoamericano. Y también, por cierto, en el propio contexto interno de los países participantes. Por lo demás muchos de esos cambios son muy recientes y aún no son evidentes en todo su potencial y posibles efectos.
En el caso del Mercosur uno de los planteamientos que con más frecuencia se observan, tiene que ver con el hecho que, para llegar a lo que se denomina como mercado común, se trata de establecer una unión aduanera y no sólo una zona de libre comercio. Si eventualmente hubiere consenso entre los socios, la forma más práctica de corregir tal dimensión metodológica sería la de modificar el Tratado de Asunción, y explícitamente definir su objetivo como el de una zona de libre comercio. Si, en cambio, no hubiere consenso en modificar el Tratado los socios podrían avanzar sacando provecho, entre otros factores, de las múltiples imprecisiones conceptuales y metodológicas que caracterizan al Tratado de Asunción.
En todo caso parece ser un hecho que se ha abierto ahora la posibilidad de debatir y eventualmente acordar, cómo adaptar los métodos empleados para construir el Mercosur, a nuevas realidades globales, regionales y de sus propios países miembros. Bien encarado tal debate puede conducir a una nueva etapa en el desarrollo de este proceso de integración voluntario entre naciones soberanas y en desarrollo. Un factor que puede conducir a un resultado exitoso de tal debate, es que resultaría difícil imaginar los beneficios que para sus países miembros pudiera tener el abandonar los objetivos, tanto políticos como económicos, que los condujeron al lanzamiento del Mercosur en 1991, resultante, por lo demás, del lanzamiento de la iniciativa fundacional que fue el proceso de integración entre Argentina y Brasil.
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COMERCIO INTERNACIONAL EN UN MUNDO CON MULTIPLES OPCIONES. El caso de las pymes con presencia sostenida en nichos propios y de otros mercados
Octubre 2018
Diversos factores están introduciendo cambios profundos en el comercio mundial, tanto de bienes como de servicios. Contribuyen a entender la relativa obsolescencia que se empieza a observar en el plano teórico y en el de muchos paradigmas, conceptos y métodos operativos sobre el comercio internacional, que en gran medida provienen un mundo distinto.
Algunos de tales factores son: la cantidad de países con capacidad de incidir en el comercio mundial y en sus reglas de juego; la mayor conectividad entre los mercados, entre otros motivos por el colapso de las distancias físicas; el crecimiento de la clases media urbana especialmente en países en desarrollo; la diversidad cultural; el fenómeno del empoderamiento de consumidores con múltiples opciones; y la dinámica de cambios que probablemente se continúen y acentúen hacia el futuro.
Son factores con un marcado impacto en tres frentes prioritarios para el desarrollo de una estrategia-país, orientada a facilitar la de proyección al mundo de la capacidad para producir bienes y ofrecer servicios.
Tales frentes son: el de las políticas y métodos que los países emplean para apoyar una presencia sostenida de sus empresas, especialmente las pymes de nicho, en terceros mercados; el de las estrategias de inserción internacional que desarrollan las propias empresas, especialmente las pymes que procuran una proyección sustentable en otros mercados, y el de las estrategias y modalidades de negociaciones comerciales internacionales de cada país o región organizada.
¿LA OMC HA ENVEJECIDO?La próxima Cumbre del G20 podría dar un necesario impulso político a su conveniente renovación
Septiembre 2018
La cuestión del "envejecimiento" de la OMC, ya planteada en otros momentos por altos funcionarios de la administración del Presidente Trump, puede tener muy distintos pero complementarios abordajes. Sin perjuicio de otros, dos merecen destacarse.
Un primer abordaje se refiere al hecho que, desde la creación del GATT y luego de la OMC muchos cambios se han producido tanto en el plano de la distribución del poder económico mundial y, por ende, del poder relativo de sus países miembros, como de la composición del intercambio global de bienes, servicios e inversiones. Tales cambios en las realidades, son los que estarían incidiendo en la perspectiva de quienes consideran que se están tornando obsoletos algunos de los mecanismos y reglas del sistema multilateral.
El otro abordaje posible, se refiere a las cualidades de efectividad y de eficacia que se espera tengan las instituciones y reglas que inciden en la gobernanza comercial global, entendidas éstas como un aspecto esencial de la sostenibilidad de un razonable orden mundial.
Es especialmente en esta última perspectiva que adquiere relevancia el que tal cuestión forme parte de la agenda de la próxima Cumbre del G20, a realizarse a fin de noviembre en Buenos Aires. Más que un planteamiento detallado sobre el contenido de una negociación orientada a fortalecer y eventualmente a reformar la OMC, lo que cabe esperar de la Cumbre del G20, es un claro impulso político para que ella se encare. La negociación como tal le corresponderá definirla y encararla a los órganos de la propia OMC.
En todo caso, si eventualmente el G20 no logra impulsar las reformas del actual sistema ¿cuál sería el futuro de la OMC y cuáles serían en tal caso las alternativas para tener un sistema multilateral de comercio internacional que sea efectivo y eficaz?
Otra pregunta es ahora relevante para los países latinoamericanos. A la luz de la reciente declaración del Presidente Trump sobre el eventual retiro de su país de la OMC, ella puede formularse así: ¿cuál puede ser la reacción de los países de la región latinoamericana frente a un cambio tan sustancial del sistema multilateral de comercio, como el que resultaría del eventual retiro de los EEUU, que es un protagonista muy relevante del comercio mundial y que, por lo demás, fue el país fundador del sistema GATT-OMC?
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EVENTUALES REFORMAS AL SISTEMA DE LA OMC: Una cuestión compleja que requerirá habilidad para concertar intereses muy diversos
Agosto 2018
La idea de impulsar reformas que permitan fortalecer el sistema de comercio mundial institucionalizado en la OMC, está ahora instalada en la agenda de prioridades a encarar. Es difícil entonces imaginar que no ocupe un lugar relevante en la Cumbre del G20 en Buenos Aires.
Fue en mayo pasado que en su discurso de apertura de la sesión ministerial de la OCDE, el Presidente de Francia, Emmanuel Macron, planteó la necesidad de introducir reformas profundas al sistema de la OMC. Señaló que se deben aportar reformas pragmáticas que permitirán al sistema comercial multilateral, funcionar y dar una respuesta eficaz y real a los desafíos contemporáneos.
Tal propuesta tuvo desarrollos posteriores. Quizás el más relevante fue el 25 de julio, cuando en la reunión que tuvieran en Washington, los Presidentes de los EEUU y de la Comisión de la UE, acordaron constituir un grupo de trabajo para abordar, entre otras cuestiones, las relacionadas con las reformas de la OMC.
Algunos de los cuestionamientos de fondo sobre sus principios, reglas y mecanismos, incluso provienen desde antes de la creación de la OMC. Otros se han instalado con fuerza especialmente en los últimos dos años. Son, por ejemplo, los que se observan con respecto a reglas con gravitación en la gobernanza comercial global, tales como las de la no discriminación comercial y del mecanismo de solución de controversias. Indican la necesidad de abordar el rediseño del sistema multilateral del comercio internacional. En tal perspectiva, puede considerarse que un punto central en discusión es, en realidad, el principio de no discriminación en la aplicación de políticas comerciales de los países miembros del sistema.
La Cumbre de Buenos Aires puede ser un momento oportuno para que los países del G20 -y que además son miembros de la OMC- logren puntos de equilibrio entre, por un lado, la necesidad política de reconocer la importancia de un sistema multilateral del comercio mundial basado en reglas, cuyo cumplimiento no quede sólo librado a la voluntad de cada nación soberana y, por el otro, la de rediseñar mecanismos institucionales y reglas de juego que los países miembros consideren más necesarias.
Es en experiencias regionales donde pueden encontrarse precedentes para dotar de eficacia, efectividad y legitimidad social, al sistema multilateral de comercio. La idea de una estrategia de "convergencia en la diversidad" para la región latinoamericana, podría tener validez también en el plano global.
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LA CUMBRE DEL G20 EN BUENOS AIRES: ¿Una oportunidad para reencauzar el sistema multilateral global de comercio?
Julio 2018
La construcción de consensos, como la resultante de un conjunto de puentes entre los intereses y perspectivas muchas veces divergentes de los países del G20, es el desafío principal que explica el origen de las Cumbres del G20. Sigue vigente en el período de la presidencia argentina este año 2018.
A la luz de los eventos recientes- parece claro que tal objetivo sigue siendo central para un funcionamiento exitoso del G20. La cuestión de la gobernanza comercial global es hoy quizás tan importante como lo fuera en el origen de las Cumbres la cuestión de la gobernanza financiera.
La importancia de la denominada "guerra comercial" ha crecido en el último mes. Involucra, en especial, a los Estados Unidos por un lado, y a China y también a la Unión Europea, por el otro. Amenaza con seguir acrecentándose en sus dimensiones y en sus potenciales desdoblamientos.
En un mundo de marcadas incertidumbres como el actual, resulta difícil hacer pronósticos sobre la evolución de una cuestión compleja como la que está afectando ahora la gobernanza del sistema comercial internacional. Puede estar reflejando factores que conducen a una crisis global generalizada. O, por el contrario, movimientos tácticos como parte de una negociación más profunda de un claro alcance geopolítico, a la vez que comercial.
Para nuestro país y no sólo para su Presidente Mauricio Macri, la Cumbre del G20 será entonces todo un desafío. En esta reunión de 20 líderes de países relevantes, la atención estará concentrada en la real capacidad que tengan de construir consensos. Precisamente en la agenda de la Presidencia argentina sobre la Cumbre del G20, se puso el acento en su función de generar diálogos orientados a construir consensos. Esto es, consensos sobre cuestiones relevantes que sean efectivos y eficaces. La capacidad para ayudar a construir consensos, será entonces el verdadero desafío de la Cumbre para la Presidencia Argentina.
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La ALADI Y SU POTENCIAL DESAPROVECHADO: Instrumentos apropiados para la convergencia en la diversidad latinoamericana
Junio 2018
La ALADI brinda un marco institucional que permite, por un lado, dar cobertura jurídica a acuerdos con elementos de preferencias comerciales que se desarrollen con todos o algunos países miembros, y eventualmente impulsarlos, y por el otro lado, brindar un espacio de interacción con otros países a fin de promover y facilitar, entre otros objetivos, el desarrollo del comercio y de la complementación económica, sin perjuicio que a través del tiempo puedan tener un alcance que cubra objetivos más generales y ambiciosos (por ejemplo, el de un mercado común latinoamericano), que se puedan extender a todos los países latinoamericanos.
Para las empresas interesadas en construir o en participar en redes transnacionales entre empresas de la región que abarca la ALADI, el mencionado marco institucional puede servir de fuente de información sobre las acciones preferenciales que se realicen en la región, y también, como ámbito para impulsar acuerdos gubernamentales (de alcance regional o parcial) que sean funcionales a los objetivos empresarios en otros países de la región.
El instrumento de los acuerdos de alcance parcial puede ser entonces funcional al tejido de redes sectoriales de complementación e integración productiva. Para empresas, especialmente pymes, los acuerdos de alcance parcial, en su modalidad de complementación económica, pueden ser útil en sus estrategias de complementación sectorial con empresas de otros países de la ALADI.
Los acuerdos de alcance parcial permiten lograr razonables equilibrios entre dos demandas a veces contradictorias, tanto de las empresas como de los respectivos gobiernos. Una es la demanda de flexibilidad en las reglas de juego que se apliquen para desarrollar las estrategias sectoriales de complementación productiva. La otra es la demanda de previsibilidad sobre la aplicación de las respectivas reglas de juego -especialmente en lo referente a la estabilidad en las condiciones de acceso a los respectivos mercados- pactadas en el acuerdo de alcance parcial.
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CONECTIVIDAD FÍSICA, PRODUCTIVA Y CULTURAL: Condiciones para una inserción sustentable en la competencia económica global
Mayo 2018
n la reciente Conferencia sobre Infraestructura para el Desarrollo de América Latina, organizada por la CAF, realizada en Buenos Aires los días 25 y 26 de abril 2018, se analizó en su Panel 4, el tema de "Infraestructura para la Integración".
Uno de los comentarios efectuados se refirió al contexto de cambios profundos en la competencia económica global, en el cual debe insertarse toda reflexión sobre el futuro de la integración regional. En el futuro, operar sobre las realidades -tanto nacionales, como regionales e interregionales-, requerirá en todos los protagonistas, de un gran esfuerzo de innovación y de creatividad, tanto para entender la dinámica y la complejidad de la competencia económica global, como para tener éxito en los respectivos mercados.
En tales comentarios se resaltaron los siguientes puntos:
La necesidad de repotenciar el valor de la región en la competencia económica global. Su dotación de recursos naturales y la creatividad producto del mestizaje que la caracteriza, son -entre otros- factores que valorizan lo que sus países pueden aportar a un mundo más poblado, más conectado y con pautas de consumo propios de clase media urbana.
La incidencia de la mayor conectividad entre los países de la región y de estos con el mundo, sobre la competitividad relativa de sus bienes y servicios. Sin perjuicio de otros, en tres planos, muy vinculados entre sí, se observa la necesidad de acentuar la conectividad entre países latinoamericanos y, en especial, con los de otras regiones emergentes. Ellos son el de la conectividad física, la productiva y la cultural.
El capitalizar las experiencias acumuladas en el desarrollo compartido entre empresas y países latinoamericanos. Un balance de los intentos de integración desarrollados en América Latina, y en sus distintas subregiones, permitiría proyectar con más eficacia las acciones futuras que se encaren para el trabajo conjunto con otras naciones, de la propia región y de otras regiones. Además, permitiría identificar ámbitos institucionales que existen en la región y que no siempre han sido plenamente aprovechados. Un ámbito institucional que podría ser mucho más aprovechado a fin de avanzar en los tres puntos recién mencionados, es el de la ALADI. Tiene todas las cualidades que permiten conciliar flexibilidad y previsibilidad, como condiciones necesarias para incentivar inversiones productivas en espacios a veces caracterizados por marcadas diversidades.
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COMO CAPITALIZAR UNA EXPERIENCIA NEGOCIADORA BIRREGIONAL: Reflexiones sobre la construcción de la relación preferencial del Mercosur con la UE
Abril 2018
Un largo camino ha sido recorrido en la difícil tarea de construir una relación especial entre el Mercosur y la Unión Europea (UE). Hoy, casi treinta años después del inicio se supone que la meta sigue siendo la original. Es un camino cuyo recorrido se inició en un momento especial que vale la pena hoy tener presente. Fue el del final de la década de los ochenta del siglo pasado y comienzos de la del noventa.
La negociación primero y luego la firma del Tratado de Asunción, estimuló en países de la UE la decisión de tratar de impulsar la idea estratégica de lo que se suponía que sería luego un acuerdo bi-regional, imaginado desde el principio como razonablemente ambicioso y preferencial, pero de construcción gradual.
En el impulso inicial del proceso bi-regional influyeron diversos factores. Entre otros, se puede señalar el de las profundas raíces históricas de las relaciones entre ambas regiones, nutrida por migraciones e inversiones europeas y -un dato no menor- por la densa historia compartida con nuestra región por España y Portugal. Y también el de la confluencia de valores culturales, sociales y políticos, especialmente a partir de la afirmación de la democracia en los países del Mercosur.
Del lado europeo otro factor relevante fue el lanzamiento de la denominada Iniciativa de las Américas, que implicó percibir un mensaje en el sentido que los EEUU proyectaban construir una relación comercial preferencial con los países latinoamericanos, inserta en el contexto de una histórica relación triangular entre Europa-EEUU-América Latina.
Tras casi treinta años ¿cuán real ha sido el interés que han tenido ambas partes en avanzar en las negociaciones birregionales? Lo único que no es fácil de explicar sería por qué ambos lados no capitalizaron las experiencias adquiridas, planteando y acordando cambios en las metodologías empleadas para construir el espacio birregional preferencial.
La importancia que tiene esta relación birregional amerita que se profundice el debate sobre el camino a recorrer en adelante. Tendría que ser un debate pluralista, multidimensional y multidisciplinario, no centrado en enfoques teóricos o académicos, muy orientado a plantear recomendaciones prácticas orientadas a la acción necesaria y a la vez posible.
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ALGUNOS APORTES PARA UN NECESARIO DEBATE NACIONAL: Negociaciones comerciales y estrategia de inserción internacional de la Argentina
Marzo 2018
En la práctica, las negociaciones comerciales -desde su concepción, inicio formal, eventual conclusión e implementación- reflejan la visión que el país tiene -y no sólo su gobierno- sobre la estrategia de inserción internacional que le conviene -y puede- intentar desarrollar. Tal estrategia puede ser explícita o -como ocurre con frecuencia- implícita.
Ello implica reconocer que para entender el desarrollo de las negociaciones comerciales de un país, sin perjuicio de factores económicos que puedan incidir en la decisión de abordar un proceso negociador con otro u otros países, o entre regiones institucionalizadas, se deben tomar en cuenta otros factores, especialmente políticos y geo-políticos,. Muchas veces son tan o más gravitantes que los esencialmente económicos. Tienen que ver con relaciones de poder, pero sobre todo, tienen que ver con la visión del respectivo liderazgo político sobre la construcción de un entorno externo favorable al desarrollo político, económico y social de una nación. Y también inciden reglas de juego que condicionan -en mayor o menor medida- el margen de maniobra que tiene un país en su interacción con otros.
Lo antes señalado explica la importancia que un país le otorga a factores que pueden tener incidencia -positiva o negativa- en el desarrollo de una agenda de negociaciones comerciales vinculada con su estrategia de inserción internacional -esto es, con su forma de relacionarse con países del propio entorno contiguo o región geográfica, y con los de otras regiones del mundo-. Tales factores son: la calidad del diagnóstico, la eficacia de la organización para negociar, y la preparación para "el día siguiente de la negociación".
Este año 2018 -y probablemente en los siguientes también, como lo ha sido desde un tiempo largo- las negociaciones comerciales de la Argentina y su vinculación con la estrategia de inserción internacional del país, tendrán uno de sus epicentros principales en la región latinoamericana y, en particular, en el espacio sudamericano.
Los otros epicentros serán los espacios interregionales y trans-regionales, y el espacio global multilateral institucionalizado en la OMC. Se observa una tendencia al desplazamiento en la importancia relativa que algunos de los países con mayor protagonismo en la competencia económica global, atribuyen al espacio de la OMC. Al respecto habrá que seguir de cerca la futura evolución del CAPTPP, y sus efectos sobre el sistema global multilateral, en especial si los EEUU y otros grandes competidores globales se incorporaran.
En sus negociaciones comerciales nuestro país no tiene que descartar el eventual predominio de escenarios de fragmentación del sistema multilateral de comercio, resultante de una proliferación de acuerdos que no tengan un explícito alcance global.
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UN AÑO DENSO DE NEGOCIACIONES COMERCIALES INTERNACIONALES. Los tres principales frentes que pueden incidir en la Argentina y en América Latina
Febrero 2018
El año 2018 presenta una densa agenda de negociaciones comerciales internacionales. Muchas tendrán incidencia en el rediseño de la arquitectura institucional del comercio mundial. Su esencia es la de definir reglas de juego que permitan alcanzar objetivos económicos e incluso políticos, para los países que en ellas participan. Además, es la de instalar mecanismos institucionales que aseguren que tales reglas penetren en la realidad. Son negociaciones que presentan un futuro incierto. Contribuye a ello la acumulación de frustraciones y el enrarecimiento del clima de convivencia internacional de las naciones.
La agenda se desdobla en tres frentes vinculados entre sí. Uno es el global multilateral. El epicentro es el cuestionamiento del sistema orientado por reglas institucionalizado en la OMC. Afecta tres elementos: i) el principio de no discriminación, plasmado en la cláusula de la nación más favorecida; ii) sus excepciones, siendo la principal la que autoriza celebrar acuerdos comerciales preferenciales, y iii) el mecanismo de solución de diferendos.
No es un frente incorporado formalmente a ningún ámbito negociador internacional. Pero es difícil imaginar que no esté presente de alguna forma, en el necesario proceso de creación de consenso que implica la Cumbre del G20 en Buenos Aires. Al respecto, ante la evidente desigualdad del poder relativo de quienes compiten por los mercados mundiales, lo fundamental parecería ser reafirmar la vigencia y solidez del principio de no discriminación. A la vez, sería necesario rediseñar i) reglas que inciden en la compatibilidad de los acuerdos comerciales preferenciales con el sistema global multilateral del comercio internacional, y ii) los mecanismos de solución de diferencias para asegurar su eficacia.
Un segundo frente es el de los acuerdos preferenciales interregionales y trans-regionales. Son acuerdos que probablemente tenderán a proliferar especialmente si la parálisis de la Rueda Doha no diera lugar a nuevas modalidades de acuerdos con un alcance global multilateral. Más aún si los cuestionamientos antes mencionados se tradujeran en un efectivo colapso del principio de no discriminación resultante del artículo I del GATT-OMC. Sin perjuicio de otros, el principal frente de negociaciones interregionales a seguir de cerca en una perspectiva Argentina y de sus socios latinoamericanos, es el del acuerdo entre el Mercosur y la UE. En cuanto a las negociaciones de alcance trans-regional, la que parecería merecer mayor atención es la del futuro del Trans-Pacific Partnership (TPP).
Y un tercer frente es el de los acuerdos geográficos regionales Sin perjuicio de otros, los tres frentes regionales más relevantes son las que se están desarrollando entre los países del NAFTA; entre los países europeos, en parte como consecuencia del Brexit, y entre los países latinoamericanos (el Mercosur, la relación Alianza del Pacífico-Mercosur y la ALADI).
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UNA TRANSICIÓN COMPLEJA E INEVITABLE: ¿Hacia una nueva etapa en las relaciones comerciales internacionales?
Enero 2018
La idea de que el mundo de los próximos años seguirá siendo dinámico, complejo e impredecible, estuvo presente en este Newsletter del mes de diciembre pasado. Agregábamos que quizás lo será más que en los últimos años y que ello repercutirá en las relaciones comerciales internacionales. De ahí, concluíamos, que todos los países, incluso la Argentina, tendrán que tener la habilidad de identificar y valorar todas las opciones factibles para su estrategia de inserción comercial internacional.
La reunión anual del World Economic Forum (WEF), en Davos-Klosters (Suiza) los días 22 y 26 de este mes de enero, se realizará teniendo como eje temático central el de "actuando juntos en un mundo fracturado".
La idea de actuar juntos en un mundo dividido, evoca el planteamiento estratégico regional de "convergencia en la diversidad", impulsado en América Latina por el Canciller de Chile, Heraldo Muñoz, al iniciarse el gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet.
Sigue siendo un enfoque estratégico válido para la región, especialmente para concretar la voluntad política de impulsar una mayor articulación entre los distintos procesos de integración y, en especial entre el Mercosur y la Alianza del Pacífico. Es, por lo demás, un enfoque estratégico que puede conducir a potenciar los marcos institucionales existentes en la región latinoamericana y, en particular, el de la ALADI.
Pero la idea de "actuar juntos en un mundo fracturado", le otorga una relevancia especial a la Cumbre del G20 que se realizará a finales de noviembre en Buenos Aires. Los problemas de gobernanza internacional que se están tornando evidentes y que tienen en el plano del comercio internacional un epicentro notorio, van a requerir de un esfuerzo especial para construir los necesarios consensos entre los países miembros y para irradiarlos al resto de los países. Tal relevancia se refleja en la visión de la Presidencia Argentina en el G20 - 2018, titulada "Construyendo Consenso para un Desarrollo Equitativo y Sostenible".
Davos es una oportunidad para transmitir la visión de líderes políticos sobre cuestiones relevantes de la agenda global. Participará el Presidente Mauricio Macri, quien tendrá la oportunidad de plantear su visión sobre el papel que el G20 puede cumplir en relación a cuestiones relevantes de la gobernanza internacional y, en especial, de la gobernanza del sistema global del comercio mundial. El comunicado de Buenos Aires, permitirá al Presidente invocar los consensos que logrados sobre tales cuestiones entre países latinoamericanos y, en especial entre los miembros de la Alianza del Pacífico y del Mercosur.