Newsletter de Félix Peña
De FUNDACION ICBC | Biblioteca Virtual
FEBRERO 2016 ¿UNA NUEVA ETAPA DEL MERCOSUR Y DE SU RELACIÓN CON LA UE?
Los requerimientos de liderazgo y de inteligencia metodológica que se plantean.
Es en el contexto del actual sistema internacional y de sus incertidumbres que cabe colocar la cuestión de cómo continuar los procesos de construcción del Mercosur y de concertación de un acuerdo bi-regional entre el Mercosur y la Unión Europea. ¿Puede considerarse al respecto, que tanto el Mercosur como sus negociaciones con la UE estén entrando en una nueva etapa? Hay señales claras en el sentido que las condiciones son propicias para que ello ocurra. En el caso del nuevo gobierno argentino. el Presidente Macri ha sido claro en la importancia que le atribuye a la construcción del Mercosur, como eje de una estrategia más amplia de inserción en América Latina y en el mundo. En tal perspectiva, asigna un lugar especial a profundizar la relación preferencial desarrollada en los últimos treinta años con Brasil, extendida luego al espacio más amplio del Mercosur y de los países latinoamericanos. Y también ha sido claro en cuanto al valor estratégico de las relaciones con otras regiones, perspectiva en la que se coloca por cierto, la negociación del acuerdo de asociación con la UE, y las que habrá que encarar en el propio espacio hemisférico y con países de otras regiones, entre los cuales ocuparía un lugar especial, por su importancia en el comercio y en las inversiones, un eventual acuerdo comercial preferencial con China.
En cuanto a la construcción del Mercosur, tres condiciones parecen fundamentales si es que se quiere avanzar con realismo político y lograr resultados concretos. La primera es sacar de la mesa de debate, la cuestión sobre si el Mercosur tal como está debe existir, o si sería mejor transformarlo en una zona de libre comercio o, simplemente, eliminarlo. La segunda es que un proceso de integración, no supone necesariamente que las naciones participantes dejen de ser soberanas y unidades autónomas del sistema internacional, ni que los mercados y respectivos sistemas económicos deban fusionarse en su totalidad. Y la tercera cuestión, se refiere a la metodología para las aperturas de los respectivos mercados al comercio y a las inversiones originadas en los socios. Sin perjuicio de compromisos más amplios, como los pactados originalmente en el Tratado de Asunción con respecto al comercio de bienes y al arancel externo común, también se previeron aproximaciones de tipo sectorial, como la del sector automotriz, y la pactada, pero no necesariamente empleada, de los acuerdos sectoriales previstos en el Tratado y en la Decisión CMC05/91. Este marco regulatorio ha sido muy poco empleado y hoy podría adaptarse bien a la necesidad de facilitar la integración productiva en otros sectores.
Una adaptación inteligente del Mercosur a las nuevas realidades mundiales y regionales, y a los desafíos que ellas plantean, contribuirá a lograr que la negociación para la asociación con la UE, entre por carriles más estratégicos y, a la vez, más pragmáticos.