Los múltiples caminos laborales que abre el comercio internacional
De FUNDACION ICBC | Biblioteca Virtual
Alejandro Vicchi, La Nación, Suplemento de Comercio Exterior, 8 de diciembre de 2016
En la medida en que predomina una lectura optimista del potencial de nuestros bienes y servicios en los mercados internacionales -como ocurre en estos tiempos- se acrecienta el interés en formarse como profesional del comercio internacional", dice Félix Peña, director del Instituto de Comercio Internacional de la Fundación ICBC.
Lo primero que debe saber quien se interese por esta carrera es distinguir las figuras del despachante de aduanas y el agente de transporte aduanero, que son gestores autorizados para determinados trámites cuya matrícula es concedida y regulada por la Aduana, de las tecnicaturas y licenciaturas afines, que son planes de estudios aprobados por el Ministerio de Educación de la Nación y otorgan un título académico.
Como explica Felipe Vismara, director de la Licenciatura en Comercio Internacional de la Universidad Nacional de Quilmes, "el despachante puede ocuparse de tareas específicas como la clasificación y valoración aduanera, así como de las gestiones en el puerto y en las aduanas. Un licenciado en comercio internacional debe conocer perfectamente estos aspectos, pero también debe tener una mirada analítica más sofisticada y compleja, que le permita interpretar, diagnosticar y operar sobre los fenómenos y tendencias de la economía internacional a fin de generar nuevos negocios, anticipar escenarios de oportunidad o de crisis, o identificar nuevas demandas, por ejemplo".
Despachantes y agentes de carga suelen ser licenciados o técnicos en comercio internacional, pero no es un requisito indispensable.
Versatilidad
"Es una de las profesiones con mayor versatilidad, donde se pueden elegir diferentes formas de salida laboral: logística, aduana, bancos, desarrollo de negocios, marketing y, como es mi caso, políticas públicas", dice Agustín Kelly, director de Comercio Exterior del gobierno de la ciudad de Buenos Aires.
Por eso su formación requiere "un enfoque multidimensional y, por ende, multidisciplinario de las relaciones comerciales externas de un país, sea en la perspectiva de las empresas o de las políticas públicas", explica Peña. Al margen de la gestión aduanera y el transporte, se los encuentra comúnmente en bancos, aseguradoras, agencias de promoción de exportaciones... pero todos ellos en el fondo están al servicio de los verdaderos protagonistas del comercio: las empresas importadoras y exportadoras. Allí es donde el profesional verdaderamente "pone el cuerpo", porque, como dice Elena Roldán, directora de la licenciatura en la Fundación UADE, "acompaña integralmente a las empresas en su proceso de internacionalización".
En los últimos años, la novedad es "el interés por generar sus propias oportunidades. Hoy en día el emprendedorismo en la actividad es mucho más importante que en otras épocas", señala Alejandra Gersicich, quien dirige la misma carrera en la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales (UCES). El graduado "es un generador de planes de negocios", define.
También es posible, para quien obtiene el título de licenciado, incorporarse al cuerpo diplomático, previo ingreso al Instituto del Servicio Exterior de la Nación. Sebastián Laino, licenciado en comercio exterior egresado de UCES, es actualmente el agregado comercial de la embajada argentina en Madrid.
Diplomacia
"Mi trabajo tiene como uno de sus ejes la provisión de inteligencia comercial a los exportadores argentinos." Apoyar la "implantación productiva de los empresarios argentinos en el exterior", y en sentido inverso, captar inversión productiva para la Argentina: "Intentamos identificar socios estratégicos para abordar terceros mercados desde nuestro país".
En el otro extremo de la cadena exportadora, Silvana Laborde, quien egresó del Instituto de Formación Técnica Superior (IFTS) Nº 5 y continuó en la Universidad Nacional de La Matanza, viaja por América del Sur representando a la firma Aguamat, que desde Ramos Mejía exporta redes de agua y riego.
"Cuando voy a viajar a otro país me estudio hasta los equipos de fútbol, cómo está la economía, qué valores tienen -también quiénes son los competidores, de qué países importan, cuál es el flete que pagan desde el país que importan-. Hay dos maneras de vender: por carisma o por insistencia", resume.
Acompañando a personas como ella en la apertura de nuevos mercados se encuentran los entes de promoción de exportaciones, organizaciones públicas o privadas, donde se desempeñan muchos colegas suyos.
Sólo en la Agencia Argentina de Inversiones y Comercio Internacional trabajan más de 60 profesionales o estudiantes de esta disciplina, a los que se piden "perfil comercial y analítico, trabajo en equipo y actitud emprendedora" dice Alejandro Wagner, su director de coordinación de comercio internacional.
Para que las empresas argentinas puedan cumplir con los negocios que ellos generan, cuentan con la ayuda de los especialistas de los estudios aduaneros, las agencias de cargas y los bancos que tramitarán el cobro, entre otros. En la Gerencia de Exterior del Banco Ciudad, por ejemplo, trabajan 15 personas con título oficial en la materia, o en vías de obtenerlo.
Todos ellos son las "hormigas obreras" del comercio internacional, que en vez de llevar hojas de árboles pasan el día manipulando documentación en papel o, cada vez más, gestionando comunicaciones y formularios web. Aquí los atributos más valorados son seriedad, resiliencia y orientación al cliente, apunta Delia Flores, del Grupo Delia Flores, estudio aduanero y agente de carga.
Hay que advertir que, aunque trabajar para ayudar a los exportadores sea la aspiración de muchos al elegir la carrera, por la naturaleza del intercambio comercial argentino la mayor parte del trabajo hoy está al servicio de la importación de mercadería, ya que despachar un barco cargado a granel demanda casi igual trabajo que importar un contenedor de manufacturas.
Es sabido que la operatoria aduanera es compleja y riesgosa, por eso para gestionar importaciones se requieren "capacidad de resolver situaciones problemáticas, proactividad y dinamismo", dice Agustina Lacava, gerente regional del laboratorio Faeve y vicepresidenta de la Comisión de Comercio Exterior del Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Ciudad de Buenos Aires.
Ingredientes
"Quien trabaje en comercio exterior debe reunir las siguientes condiciones: 25% de gerente, 25% de jefe de fábrica, 15% de investigador, 15% de vendedor y 20% de contador", define Jorge Delzart, docente del IFTS Nº 5.
O como dice Adriana Knopoff, gerente del área del Banco Ciudad, "debe ser capaz de desempeñarse transversalmente en una compañía, concebir las ventajas competitivas de un producto y tener habilidad para detectar oportunidades comerciales".
"Tiene que tener una mirada abarcativa para desarrollar proyectos en un sentido integral, pero también la iniciativa para llevarlos adelante con acciones concretas", opina Laino.
"Debe poseer principios de contabilidad, conocer los procesos fabriles, dominar las variaciones de los costos, conocer de operatoria comercial y, sobre todo, demostrar un genuino deseo de perfeccionamiento", amplía Delzart, quien escribió 21 libros técnicos, como La gestión de finanzas y seguros en el comercio internacional.
Los desafíos son grandes: "Mi mercado es el mundo y el mundo está en permanente cambio", sostiene Delia Flores.