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Una cumbre que aumenta la incertidumbre sobre el futuro del bloque

De FUNDACION ICBC | Biblioteca Virtual

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Florencia Carbone, Trade News, 22 de Julio de 2022

Contradicciones. Indirectas, directas y más incertidumbre. Lejos de aclarar el confuso panorama que vive el Mercosur, la LX Cumbre de mandatarios del bloque no hizo más que sumar dudas sobre su futuro.

En Paraguay, Alberto Fernández dijo que las soluciones individuales son “de corto aliento” y que si existiera la posibilidad de avanzar en un acuerdo comercial entre China y el Mercosur, sería mejor analizar su factibilidad juntos.

Pocos minutos después, Luis Lacalle Pou –que hace una semana anunció la culminación del estudio de factibilidad para avanzar en un TLC bilateral con China– confirmó que, en pocos días, los equipos de ambos países “se estarán juntando para empezar a negociar el TLC”.

Sin firma

Aunque hubo cruce de estocadas verbales, todo se dio en un clima más distendido que el que se vivió en durante el encuentro virtual por el 30 aniversario del Mercosur (en marzo de 2021), cuando Lacalle Pou y Fernández intercambiaron opiniones en tono acusatorio.

En aquella ocasión, el presidente de Uruguay dijo que el bloque “no debe ni puede ser es un lastre”, que su país no estaba dispuesto a que fuera un corset que le impidiera moverse, y que por ello había hablado con sus colegas sobre la flexibilización. Disgustado, el mandatario argentino le respondió: “No queremos ser lastre de nadie. Si somos un lastre, que tomen otro barco”.

Sin embargo, en el encuentro realizado en el Centro de Convenciones Conmebol, cerca de Asunción, el cuidado en los modales públicos no alcanzó para cumplir con una de las formalidades propias de este tipo de reuniones: Uruguay decidió no firmar la declaración conjunta final.

El motivo de la decisión

El documento suscripto por Argentina, Brasil, Paraguay y Bolivia como Estado asociado, incluye referencias a temas varios (como el impacto de la guerra en Ucrania y la pandemia en la región y el acuerdo alcanzado para reducir 10% las alícuotas del Arancel Externo Común), pero no a la necesidad de “flexibilización y modernización” del bloque habilitando, por caso, negociaciones comerciales bilaterales, tal como pedía Uruguay.

Durante la reunión de ayer –la primera presencial tras la pandemia-, se escucharon las presentaciones de Mario Abdo (Paraguay), Fernández y Lacalle Pou, y un breve –y cuidado- mensaje grabado de Jair Bolsonaro (Brasil).

Fe de erratas

Aunque tenía el discurso impreso sobre el escritorio, el Presidente de la Argentina dijo que prefería “reflexionar juntos”. Entonces habló del impacto de la pandemia –del que “nadie quedó a salvo”- y del comienzo de la guerra en Ucrania en momentos en que comenzaba la recuperación económica del mundo. Entonces, mientras se refería a los efectos de la globalización, citó erróneamente la fecha de nacimiento del Mercosur (dijo “allá por 1989”, cuando el bloque se constituyó en marzo de 1991) y apeló a un ejemplo llamativo.

“Lo que cambió entre 1989, cuando nació el bloque, y ahora, es que entonces la globalización estaba en sus albores y no entendíamos muy bien su dimensión, pero hoy funciona plenamente y lo que ocurre en cualquier latitud del mundo repercute en todas las regiones: cuando alguien estornuda en Moscú un argentino se resfría”, dijo Fernández.

“Equivocarse mal”

Detalló a continuación sus vivencias en las diferentes cumbres internacionales en las que participó (como la del G7) y comentó que hay “una mirada común sobre la complejidad del mundo actual”, que se divide “por una guerra desatada por la invasión rusa a Ucrania, Europa que queda en medio de un debate, Estados Unidos con la OTAN sosteniendo esa guerra, como también lo hacen Rusia y Ucrania, y el mundo hambreándose”.

El jefe de Estado insistió en que es importante escuchar a ese mundo, “a Europa decir que se queda sin energía, que su inflación aumenta 300, 400, 500%; a Estados Unidos que la suya aumenta al 800%; a los trabajadores alemanes que sus salarios se deterioran porque no crecen a la velocidad de la inflación… Cuento todo esto porque tenemos que darnos cuenta del mundo en el que estamos, porque si no, nos vamos a equivocar mal”.

Balas en el Norte, hambre en el Sur

Tras recordar que hace poco la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), dijo que la hambruna generada por la guerra afectará a 300 millones de habitantes del hemisferio Sur, destacó que es “necesario reaccionar para protegernos”.

“Por la guerra, en el Norte vuelan balas, y en el Sur, vuela el hambre. No podemos seguir permitiéndolos”, espetó el mandatario.

Y entonces llegó otro de los mensajes dirigidos al mandatario uruguayo: “Queremos la paz, pero también un continente más equilibrado y justo, donde podamos hablar más y tomar decisiones en conjunto, porque el mundo que se viene es el de las regiones, no el de los países. Debemos hacer más frente a nuestra región y al Mercosur para que la Celac sea fuerte”, dijo.

Según el Presidente argentino, como grandes productores de alimentos, los cuatro socios del Mercosur tienen una oportunidad única “para ir en socorro del mundo hambriento”, si es que son capaces de ponerse de acuerdo para aprovecharla.

Caminando por la cornisa

Se refirió a la importancia de discutir “los problemas que preocupan desde siempre” a Uruguay y Paraguay en relación con las asimetrías frente a Brasil y Argentina. “Hay que resolverlo”, enfatizó, pero de inmediato agregó: “Que no nos ilusione la idea de separarnos, de buscar soluciones individuales. Todo eso es de corto aliento”.

“No me niego nada a analizar todo lo que haya que analizar, eso que el querido Luis Lacalle llama flexibilización del Mercosur, porque me doy cuenta de que estoy viviendo en un mundo que está cambiando y que en ese cambio estamos caminando en la cornisa. Pero no quiero que ninguno de nosotros se caiga de la cornisa, sino que todos sigamos transitando juntos esto y que lo superemos juntos”, dijo.

El modelo Singapur

Si fue posible llegar a un acuerdo conjunto con Singapur, ¿por qué no con China?, planteó Fernández. “Si existiera la posibilidad de que China tuviera un acuerdo con el Mercosur, ¿por qué no lo analizamos juntos? Vemos la factibilidad juntos. Porque será mucho más importante y fuerte el acuerdo si metemos los 200 millones de habitantes que tiene Brasil. Nadie se salva solo”, concluyó el Presidente de la Argentina.

No mirar para el costado

Y entonces fue el turno de Lacalle Pou, quien mientras no dejaba de girar el anillo de su mano izquierda decía que siempre llega a este tipo de reuniones con una actitud positiva y constructiva, y que por eso es importante sincerarse.

“Me alegro de que acá se digan las cosas como hay que decirlas porque si no después nos vamos y no hablamos de los puntos en los que puede haber tensiones. La vida está hecha de resolución de tensiones, no para mirar para el costado. La madurez de relación en este caso entre naciones, es la capacidad de resolver tensiones, y para eso hay que sincerarnos, entender y ser comprendidos”, sostuvo el mandatario uruguayo.

A continuación dijo que celebraba el acuerdo con Singapur, pero también que le genera cierta ansiedad e incertidumbre el escaso avance de estos últimos tiempos con la Unión Europea (UE), bloque al que definió como socio natural histórico y de futuro para el Mercosur.

Yo te avisé…

“Y después está el tema de la negociación bilateral. Tenemos la inmensa tranquilidad de que en estos foros, aunque virtuales, y en visitas mano a mano, les contamos a todos cuál es el sentir nacional uruguayo y hacia donde entendemos que tenemos que ir. Quiero suscribir las palabras del canciller brasileño. Firmo debajo de sus palabras sobre modernización y flexibilización. Es ahí donde Uruguay está haciendo hincapié. Esa es la necesidad que tenemos que comprenda el bloque”, dijo.

Quizá se haya tratado de otra –en el bloque abundan- mala interpretación por parte de Lacalle Pou. A la hora de consensuar el texto de la declaración final, Brasil se opuso a incluir una referencia en esos términos. “Es que Brasil quiere la modernización del Mercosur pero no la modernización de la que habla Uruguay”, dijo a Trade News uno de los funcionarios argentinos que participó de la negociación.

Sentir nacional

“Uruguay terminó hace pocos días el estudio bilateral de factibilidad para iniciar las negociaciones de un TLC con la República Popular de China. Y lo vamos a empezar en breve. En pocos días nuestros equipos se estarán juntando para empezar a negociar el TLC. Y por supuesto que avanzada esa etapa, lo primero que pretendemos hacer es hablar con los socios del Mercosur, es ir todos juntos. Lo que sí, Uruguay no se va a amputar, porque le asiente el derecho y además el interés colectivo, porque esto no es una iniciativa de este gobierno sino de dos, tres gobiernos hacia atrás. Es un sentir nacional, no el de una colación de gobierno”, aseguró Lacalle Pou.

Otra declaración llamativa: ¿frente a qué tipo de negociación estamos si Uruguay plantea que avanzará en las tratativas bilaterales y cuando esa etapa esté concluida invitará a los socios a sumarse “para ser un bloque con más potencia negociadora”?

Redoblar la apuesta

Si hay algo en lo que el Presidente de Uruguay no dejó lugar a dudas es que su país avanzará en la negociación bilateral con China porque ello “no vulnera, erosiona ni quiebra” al Mercosur.

Es más, tras comentar que entiende a los otros países y pedir comprensión para su país, Lacalle dio que Uruguay seguramente avanzará con otros países y bloques: “Tenemos una agenda para eso”, agregó tajante aclarando paso seguido que informará inmediatamente “a los colegas del Mercosur sobre la decisión que se tome, como hicimos con China”.

En el final dedicó un mensaje especial para el mandatario argentino.

“Me quedó resonando un concepto del Presidente Fernández que repitió un par de veces: el concepto de protegernos. Al fin y al cabo un Presidente viene a ser el padre de una gran familia, tiene que generar amparo y protección (las cámaras de la transmisión registraban mientras tanto cómo Fernández asentía). Y a mi no me cabe la menor duda de que la mejor manera de proteger a mi nación, a mi pueblo, es abriéndome al mundo, y por eso los pasos que toma Uruguay que pide ser entendido por el Mercosur”, cerró.

¿Y?

¿Cuál será el futuro del bloque?

¿De qué manera impacta el avance concreto de uno de sus miembros en negociaciones comerciales bilaterales cuando el Tratado de Asunción establece específicamente que esos procesos deben hacerse de manera conjunta?

¿Si efectivamente el Mercosur es un corset para su desarrollo, dejará Uruguay el bloque?

¿O serán los otros miembros los que decidan “liberar” a Uruguay del “lastre” mercosuriano?

¿Es la cerrazón el mejor remedio para “proteger” a economías que necesitan de modo imperioso importar insumos, bienes de capital, tecnología e inversiones para poder desarrollarse?

Apenas algunas de las tantas dudas que dejó la cumbre de Paraguay.

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