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La importancia geopolítica del sector agropecuario en la seguridad energética a raíz de la guerra entre Rusia y Ucrania: el papel de los biocombustibles

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Agustín Torroba y Celestina Brenes, Blog del IICA, 25 de abril de 2022

El conflicto bélico entre la Federación Rusa y Ucrania ha puesto sobre la mesa de discusión global el concepto, nunca abandonado totalmente, de seguridad energética. En primer lugar, porque Rusia es la gran abastecedora de Gas Natural (GN) de Europa. A pesar de que el GN ha comenzado a transitar un proceso de “comoditización” (aún incompleto) a través de la incorporación tecnológica del Gas Natural Licuado (GNL), la cual permite transportar gas a través de un proceso de licuefacción en buques metaneros, la infraestructura actual hace imposible que el gas ruso sea sustituido por el GNL.

Esta situación ya ha tenido sus efectos, no solamente en Europa, sino en todo el mundo, al multiplicarse en más de 6 veces el precio del GNL en el último mes. El principal problema no es solamente el alza en los precios, sino la escasez de oferta y posibilidades de que el abastecimiento mundial sea inferior como resultado de la nueva demanda europea de GNL para intentar suplir el gas ruso.

Esta situación se enmarca en las recientes sanciones políticas y económicas impuestas por la comunidad internacional hacia Rusia, entre las cuales se prohíbe la importación de su petróleo. El principal reto reside en que el Estado ruso es uno de los tres productores más importantes de petróleo del mundo (junto con Estados Unidos y Arabia Saudita) y provee el 12% de la oferta total de crudo. La suma de estas circunstancias puede influir en que, por primera vez en más de tres décadas, la oferta de petróleo sea escasa y haya una crisis de abastecimiento. Esto ha llevado a los países miembros de la Agencia Internacional de Energía a liberar el primero de marzo de este año 62,7 millones de barrilles de petróleo de sus stocks de seguridad, medida que fue complementada con otra utilización de stocks el pasado primero de abril, de 120 millones de barrilles de petróleo, la mayor cifra de la historia. Adicionalmente, el pasado 7 de abril el mismo grupo de países ha informado que en los próximos 6 meses se pondrán a disposición 240 millones de barrilles adicionales.

“Ante la crisis el sector agropecuario en las Américas aparece como un sector que no solamente contribuye a garantizar la seguridad alimentaria, sino que también hace su aporte a fortalecer la seguridad energética.”

En este contexto, los biocombustibles, especialmente los líquidos, por su alto nivel de inserción actual cobran una importancia estratégica para substituir parte de los consumos de petróleo y derivados. En tal sentido, el sector agropecuario en las Américas aparece como un sector que no solamente contribuye a garantizar la seguridad alimentaria, sino que también hace su aporte a fortalecer la seguridad energética.

Es importante destacar que, durante abril de 2020, en plena pandemia, el precio del petróleo había alcanzado valores negativos durante algunas jornadas, fruto de la estrepitosa caída del consumo motivado por las restricciones de movilidad. El precio se fue recuperando a medida que la demanda comenzaba a aumentar hasta cerrar en diciembre de 2021 en 74 dólares por barril de petróleo brent (promedio mensual). Sin embargo, las tensiones entre Rusia y Ucrania provocaron que la cotización del crudo aumentara considerablemente a partir del 24 de febrero, fecha en que comenzó la guerra. En solo 9 ruedas de negocios, el precio escaló un 34% respecto al nivel previo a la invasión y un 625% respecto a la cotización mínima del mes de abril de 2020 (ver ilustración 1).

Petroleo

Grafico 1.png

Ilustración 1: cotización del petróleo brent en dólares por barril (Torroba 2022)

Frente a esta situación, el abastecimiento de petróleo de las Américas presenta la particularidad de haber podido revertir su posición histórica de importadora neta a exportadora neta, principalmente por el fuerte incremento en la producción de petróleo no convencional en Estados Unidos y Canadá y el aumento de la producción en Brasil. Sin embargo, a pesar de exportar petróleo, las Américas son un fuerte importador de derivados de petrolero (gasolina, diésel, etc.), lo que provoca que su balanza comercial conjunta (petróleo y derivados) sea fuertemente deficitaria, con importaciones netas de diez millones de barriles equivalentes de petróleo por año.

Balance biocombustibles

Grafico 2.png


Ilustración 2: Consumo, producción y balance neto de petróleo y derivados energéticos en las Américas (en miles de barriles diarios, no incluye biocombustibles) (Torroba 2022)

“La diversificación en el uso integral y eficiente de la biomasa pueden contribuir en forma simultánea y sin conflicto a la seguridad alimentaria y a la seguridad energética.”

Cambiar el paradigma de producción que ha implementado el continente americano le permitiría enfrentar la posible crisis de abastecimiento provocada por la coyuntura actual de guerra, aportando no solo a la seguridad energética, sino también a la seguridad alimentaria. Estos dos objetivos no son contrapuestos, ya que la diversificación en el uso integral y eficiente de la biomasa para producir biocombustibles puede aumentar la eficiencia y la seguridad de los sistemas agroalimentarios, a través del aprovechamiento en los procesos de producción agropecuaria de todos los subproductos alimentarios derivados de la producción de biocombustibles.

De hecho, el continente americano tiene un rol destacado en la producción de bioetanol y biodiesel fabricando el 88% y 36% del total mundial, respectivamente. Expresado en términos de la producción total de biocombustibles líquidos, las Américas representan el 71% del total mundial.

Producción biodiesel

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Ilustración 3: Producción mundial de biodiesel y bioetanol (en millones de m3) y participación productiva de las Américas (Torroba 2022)

“la crisis en el sector del gas natural puede ser una bisagra para la apertura de políticas que promuevan el uso del biogás a nivel mundial.”

Así las cosas, los elevados precios del petróleo, sumados al diferencial impositivo, especialmente en aquellos países que tienen impuesto al dióxido de carbono, colocan a los biocombustibles en una situación ventajosa económicamente, especialmente al bioetanol, y al continente americano como un posible actor clave en su producción. Esta situación estimula la transición energética limpia.

En este sentido, se abren oportunidades para la expansión en la producción de biocombustibles líquidos en el continente para reforzar la seguridad energética. De la misma forma, la crisis en el sector del gas natural puede ser una bisagra para la apertura de políticas que promuevan el uso del biogás a nivel mundial.

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