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El Mercosur: un proyecto conjunto que permanece vigente

De FUNDACION ICBC | Biblioteca Virtual

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Félix Peña y Celso Lafer, Clarín, 17 de septiembre de 2021

La localización geográfica es un aspecto importante de la política externa. El mundo está compuesto de varias regiones y el sistema internacional global las impacta de distintas maneras. El entorno geográfico es relevante, como primera circunstancia de la acción diplomática.

Fue en esta línea que nuestro libro de 1973 - Argentina y Brasil en el sistema de relaciones internacionales – publicado simultáneamente en los dos países - se dedicó a realzar el valor del contexto latinoamericano.

El pasaje de la localización en una región en oportunidades de cooperación ampliadoras del locus standi conjunto en el mundo, fue la idea y la tesis del libro que tuvo el prefacio de Helio Jaguaribe. Destacamos la importancia de la relación argentino-brasilera y su característica de “fuerza profunda” que impacta en la dinámica regional. El darle una dimensión estratégica, superando dificultades y tensiones entonces vigentes, fue lo que nos animó a escribirlo.

El Mercosur que incorporó a Uruguay y a Paraguay, respondió a nuevas complejidades, oriundas del fin de las polaridades de la Guerra Fría y de un mundo que se regionalizaba y globalizaba.

Obedecía a una “idea a realizar” que se corporizaba en tres campos: seguridad, valores y economía. En el de paz y guerra, permitió la desnuclearización militar de la región. En el de valores, trajo la afirmación de democracia, derechos humanos, y estado de derecho, que fueron fruto de la democratización de la región. De ahí la cláusula democrática del Mercosur, cuya relevancia y actualidad no necesitamos destacar.

En el económico, llevó a hacer la mejor economía de nuestra geografía, aprovechando sinergias de conectividad de la vecindad y su potencial, por la afirmación de un regionalismo abierto y no autocentrado, teniendo en cuenta el agotamiento de la dinámica de la sustitución de importaciones.

Por la naturaleza de su concepción (unión aduanera/arancel externo común; negociaciones conjuntas con terceros países), el Mercosur es un instrumento jurídico de alcance estratégico que cuida relaciones de larga duración y ejecución continua.

Tiene dimensiones políticas, económicas y jurídicas. No es un contrato comercial que trata sólo de compras y ventas entre los socios. Requiere mantener en el tiempo la reciprocidad de intereses que le confieren sustentabilidad.

Presupone reglas de calibración, aseguradoras de la cohesión dentro de la flexibilidad que su moldura jurídica recomienda.

El Mercosur trajo para sus miembros, espacialmente Argentina y Brasil, un capital diplomático, que es parte de la tradición de sus políticas externas. Ordenó constructivamente el pasado. Es guía confiable para lidiar con el presente y el futuro. Está sujeto a un examen crítico, pero no está muerto. Es lo que defendemos en este texto, que retoma nuestro libro y empeño en pro del Mercosur.

Hoy el Mercosur enfrenta un momento de grave crisis en cuyo ámbito no están operando las reglas de calibración. Está perdiendo gravitación. Es fuente de crecientes divergencias entre sus miembros, no sólo conflictos de intereses, pero también de concepción sobre su valor estratégico.

Lo opuesto de la integración es la desintegración. Si esto ocurriera o si el Mercosur fuera reducido a la irrelevancia, la responsabilidad mayor será de Argentina y Brasil, que lo concibieron, con consecuencias para su asociación.

La complejidad es creciente en el mundo contemporáneo. Es lo que torna la sociedad internacional en una sociedad de riesgos. Por eso la gestión de riesgos es inherente a la conducción de la política externa. La desintegración del Mercosur es un riesgo a evitar, por la experiencia acumulada y su activo de realizaciones para dar continuidad a la construcción de un espacio de trabajo conjunto.

En el plano global, ocurre una acelerada redistribución del poder e influencia, que tiene dos protagonistas centrales (EE.UU. y China). Tratase de un escenario de disputas económicas y políticas que no debemos internalizar por acciones aisladas y divergentes, que vulneran nuestra presencia en el mundo.

El escenario contemporáneo agranda un dato de la realidad. Sin desconocer el papel que retienen los aranceles, cabe focalizar un ingrediente clave del acceso hoy a los mercados: normas técnicas, desde las fitosanitarias a las ambientales. Nos interesa la convergencia regulatoria y no su fragmentación interna y global.

La acción conjunta del Mercosur da espacio para no ser “rule takers” y para actuar en el proceso de “rule making”. Para eso nos acredita nuestro papel en el agro-negocio y la relevancia en la agenda de sustentabilidad.

Sabemos que la cooperación internacional es una esquiva conquista de la razón política. Sin embargo, colocar en un lado al Mercosur, dilapidar su capital diplomático fragmentándolo, desconsiderando el alcance de su gravitación y el valor de las apropiadas reglas de calibración, es una seria dificultad a la capacidad conjunta de orientarnos en un mundo difícil, inestable y de gobernanza precaria. No corresponde a requisitos de una gestión de riesgos, pues ignora la relación entre medios y fines.

El proyecto Mercosur sigue vigente, pero la experiencia acumulada requiere revisiones. No de objetivos perseguidos, pero sí de métodos previstos para el trabajo conjunto. No se trata de hacerlo con perspectiva dogmática o teórica sobre esos métodos.

Al contrario, se trata de evaluarlos a la luz de experiencias adquiridas y de los cambios producidos en las realidades globales y regionales. No se trata de imaginar soluciones perfectas a problemas detectados, pero de alcanzar entendimientos con condiciones de efectividad y previsibilidad para seguir construyendo el espacio de trabajo conjunto.

Celso Lafer es ex Ministro de Relaciones Exteriores del Brasil y Profesor Emérito de la Universidad de Sao Paulo. Félix Peña es Profesor de Post-grado (UNTREF) y Director del Instituto de Comercio Internacional-Fundación ICBC.

  • Esta nota se publica en forma simultánea en los Diarios O Estadao y Clarín, en sus ediciones del sábado 18/9.​

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