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Ignacio Bartesaghi: "Subestimar a Estados Unidos fue un gran error"

De FUNDACION ICBC | Biblioteca Virtual

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La Nación, Suplemento de Comercio Exterior, 13 de octubre de 2015

Por Florencia Carbone

Ignacio Bartesaghi cree que el pragmatismo es clave en la política de inserción internacional de cualquier país y asegura que el Mercosur parece haber olvidado esa máxima. El director del Departamento de Negociaciones Internacionales e Integración de la Facultad de Ciencias Empresariales de la Universidad Católica de Uruguay acaba de publicar un libro -que en los próximos días presentará en la Argentina- en el que analiza cuál ha sido la política comercial de Estados Unidos y Europa con América latina y el impacto que eso tuvo en el Mercosur.

Proyecciones a 2030 indicaban que el eje del poder mundial estaría en Asia -de modo particular en China-, y que Estados Unidos quedaría muy desdibujado. ¿Alteran los números y sucesos más recientes esa lectura?

-Un gran error que se cometió en los últimos años en cuanto al análisis de las relaciones internacionales es subestimar la potencialidad de Estados Unidos. Hubo lecturas apocalípticas sobre su pérdida de poder, se dijo que dejaría de ser un actor global. Creo que es un error conceptual porque sigue liderando todo lo que tiene que ver con investigación y desarrollo a nivel internacional. Lo que pasa en China está generando una especie de temor generalizado a nivel internacional, pero lo que ocurre refleja algo que ya sabíamos, que es un cambio en la estructura del crecimiento chino que implica efectos en la economía interna y también internacional.

No hay que exagerar ese cambio de contexto. China seguirá cumpliendo un rol muy importante: por los próximos 20 o 30 años seguirá explicando gran porcentaje del crecimiento económico mundial. Y EE.UU., seguirá siendo una potencia militar y en investigación y desarrollo muy importante.

¿En qué consiste el libro?

-Es un análisis histórico desde 1991 en adelante que se focaliza bastante en el presente y arriesga un análisis prospectivo de qué pasará en el futuro. Es mirar qué pasó en el mundo y cómo impactó eso en el Mercosur. En mi país -que es muy pequeño-, pero también en la Argentina y Brasil, tenemos que tener más cuidado con las tendencias internacionales. Nos encerramos mucho en nuestras problemáticas y nos olvidamos de mirar qué hace el vecino, qué pasa a nivel internacional, en EE.UU., Asia, Europa. Lo que plantea el libro es qué ocurrió con la estrategia de inserción comercial de Europa y EE.UU. en los últimos años en la región analizando su política comercial en América Latina y cómo afectó eso al Mercosur.

¿Fueron similares las estrategias?

-Europa y EE.UU. compiten, por lo tanto hay un alineamiento de sus políticas de inserción: lo que hace uno, lo hace el otro después. Han sido muy pragmáticos. El pragmatismo en la política de inserción internacional es algo clave y de eso nos hemos olvidado en el Mercosur. Hay que cambiar, no podemos quedarnos con la teoría. La cuestión ideológica tiene mucho que ver en la relación con EE.UU., que sí actuó de forma pragmática: arrancó negociando el Nafta -con México y Canadá- y después empezó con el ALCA...

Que murió en la Cumbre de las Américas, en Mar del Plata, en 2005.

-Lo que ocurrió con el ALCA es un fiel reflejo de la importancia de lo política y de la geopolítica en la firma de acuerdos comerciales. Ahí estaba Chávez (presidente de Venezuela), pero fue Brasil (el que impidió el acuerdo). Hay un interés geopolítico de Brasil de tener influencia en su zona económica que es América del Sur, no sólo el Mercosur. El ALCA de cierta forma fracasó, pero ¿qué hizo entonces EE.UU.? Cambió de estrategia. De forma pragmática empezó a hacer acuerdos bilaterales: primero cerró con Centro América y después empezó a negociar con Perú y Colombia. También hubo un coqueteo mutuo con Uruguay.

La UE también cambió porque inicialmente quiso negociar con toda la Comunidad Andina pero como no resultó porque eso generó mucho rechazo de parte de Venezuela, Bolivia y Ecuador, por caso, avanzó en tratos individuales.

¿Quién fue el ganador en la región, EE.UU. o la UE? ¿Cómo se mide eso, en cantidad de acuerdos firmados, evaluando su calidad, teniendo en cuenta el incremento del comercio y las inversiones?

-Es difícil... Se pueden medir los beneficios de los acuerdos comerciales vinculados al crecimiento del comercio y a la captación de inversiones. Los dos ganaron desde el punto de vista de disciplinar en el comercio internacional porque hay una realidad: la OMC está estancada.

EE.UU. ha actuado con un poco más de pragmatismo que la UE, que se movió algo más lento porque es un elefante. Hablamos de 28 miembros, no es tan fácil. La política internacional de la UE no es única. Está empezando ahora, a partir del Tratado de Lisboa, a generar una cancillería europea.

Hasta no hace mucho, EE.UU. y la UE se movían solos en la región, pero la irrupción de China no sólo como socio comercial sino como inversor, cambió las cosas.

-Lo que pasó en América latina con China desde la década del ?80 en adelante, especialmente desde 2001, cuando ingresó a la OMC, es de los acontecimientos más importantes de los últimos 50 años porque le dio a la región una libertad de acción que no tenía frente a las potencias centrales: UE y EE.UU. China le dio la oportunidad a América latina de comprar tecnología a precio más barato y de colocar toda su producción agrícola donde tiene una ventaja comparativa y donde es muy competitivo también.

Paradójicamente, al mismo tiempo, la región se transformó en una suerte de esclava de China.

-Sí, ese es un aspecto negativo. América latina concentró sus exportaciones en China de una forma mayor a la que tenía con los países desarrollados. Si analizás el comercio que tenía con EE.UU. o Europa era mucho más diversificado, y tenía más valor agregado que el que se tiene hoy con China. Eso provocó una grave reprimarización en las exportaciones y en las estructuras productivas de América latina. Pero, ¿de quién es la culpa? ¿De China o de las políticas nacionales de cada uno de los países de América latina?

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